Las personas que duermen siete u ocho horas por noche tienen significativamente menos evidencia de rigidez en sus arterias, lo que indica una menor probabilidad de desarrollar enfermedades cardíacas o de sufrir un accidente cerebrovascular, en comparación con aquellas que descansan durante periodos más largos o más cortos, según una investigación presentada en la Sesión Científica Anual Conjunta con el Congreso Mundial de Cardiología del Colegio Americano de Cardiología.