Hecho insólito el que se producía este jueves en Zamora. En torno a la una y media de la tarde algunos conductores advertían a la Guardia Civil de Tráfico que un coche se encontraba ocupando el arcén de la A-11, en concreto en el kilómetro 445, prácticamente a la altura de Coreses.
El Servicio de Emergencias de Castilla y León no tenía constancia de ningún accidente y nadie había llamado solicitando asistencia sanitaria. No obstante, al llegar al lugar del suceso, los agentes de la Guardia Civil se percataron que el golpe que poseía el vehículo allí estacionado era relevante. Eso sí, en el lugar no había ni rastro de la presencia del conductor. El vehículo estaba abandonado en el arcén sin ninguna pista.
Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico comenzaron la búsqueda del supuesto conductor, por si se encontraba herido en los alrededores, e incluso acudieron a los hospitales de la capital para saber si había ingresado allí. No había rastro del conductor.
Hasta que ya entrada la tarde el supuesto conductor de unos cuarenta años se personó en el lugar con una grúa, asegurando que tras sufrir el accidente había acudido a la capital andando (unos quince kilómetros) para avisar a este vehículo de asistencia.