El 23 de octubre de 2016, la Policía Nacional de Zamora recibía un aviso de un vecino de la capital que se encontraba paseando por la zona del Camino de Villaralbo y se había topado con restos humanos. El hallazgo se había producido cerca del río y el cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición. El levantamiento del cadáver se produjo en torno a las diez de la noche, y de allí el cuerpo fue trasladado al Anatómico Forense para conocer más datos sobre la identidad del cuerpo.
Ahí empezó una investigación liderada por la forense de Zamora Esther García, junto al profesor de la Facultad de Medicina Secundino Vicente González, para tratar de conocer la identidad del fallecido, dado que no existía ninguna pista. La investigación de manera íntegra la explicaba esta semana en ‘El Confidencial’ el periodista José Pichel, después de que en el último número de la Revista Española de Medicina Legal los dos protagonistas de las pesquisas publicasen cómo habían llegado a identificar el cadáver.
En concreto, y en un callejón sin salida, García y Vicente recurrieron a la identificación del número de lote en un implante dental del hombre fallecido para identificar el cadáver, algo que no se había hecho con anterioridad en nuestro país. Al parecer, según explica este mismo artículo, el hombre hallado junto al río, natural de Zamora, era toxicómano y no mantenía ninguna relación con su familia. Y todo apunta a que su muerte pudo ser accidental y el caso está cerrado desde el punto de vista policial y judicial.
Conoce todos los detalles de la resolución de este caso en el amplio artículo de José Pichel en ‘El Confidencial’ y en el último número de la Revista Española de Medicina Legal.