El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por un constructor y ha ratificado la sentencia de la Audiencia Provincial de Zamora del pasado mes de septiembre por la que fue condenado por un delito continuado de estafa.
Así, se confirma la sentencia en la que se le impone a este constructor la pena de 2 años de prisión, así como a que indemnice al zamorano que fue víctima a 14.990,69 euros.
Cabe recordar que el juicio se celebró el pasado mes de junio en la Audiencia Provincial de Zamora debido a que el ahora condenado había cobrado casi 10.000 euros de un contrato de reforma de un tejado sin llegar a efectuar la obra, simplemente demoler el tejado y ‘desaparecer’.
Los hechos ocurrieron entre 2021 y 2022 en un pueblo de Aliste y el afectado, durante su declaración, relató que había efectuado pagos, entre otras cosas, por el proyecto que nunca llegó a ver y por los materiales que tampoco aparecieron, y cuando comenzaron las obras en el mes de julio de 2022 aparecieron dos personas únicamente con una motosierra para después de unos días desaparecer dejando el escombro en la vía pública y el tejado siendo un gran agujero.
El afectado señaló que inicialmente contactó con una empresa de Salamanca y en primer lugar la relación comenzó con otro hombre trabajador de esa empresa y después ya le dijo que todo con el acusado, señalando que cuando le dijeron que era necesario un proyecto pagó lo correspondiente y cuando le dijo que ya había presentado el proyecto se lo pidió pero nunca llegó a enviárselo y ya cuando preguntó posteriormente en la Diputación le dijeron que no había constancia del mismo, algo similar a lo que le ocurrió con la licencia de obra en el Ayuntamiento de la localidad. El afectado empezó a enviar burofax a la empresa de Salamanca solicitando todos los documentos y se lo devolvían porque en esa dirección no existía esa empresa, y además, en una Notaría comprobó el CIF de la empresa y no existía el mismo.
“Él me dijo que ya tenía el contenedor del escombro, pero lo mismo con las tejas y las vigas y nunca las vi”, destacaba el afectado, señalando que se paralizó la obra porque desaparecieron y después comenzaron nuevas excusas para retomarla y fue cuando el acusado le envió un nuevo contrato con otra empresa diferente que ya no firmó y ya le dijo que había perdido la confianza. En ese punto, el constructor le propuso devolverle la parte que no había efectuado y, según el afectado, cuando le dijo que sí, que se lo devolviera, este ya echó marcha atrás y nunca se llegó a producir este hecho.
Por su parte, el constructor acusado declaró que las dos empresas de los contratos eran suyas, resaltando que había cogido las tejas pero por falta de espacio las tenía en el almacén, así como que él no lleva la administración de la empresa y fueron trabajadoras suyas las que le dijeron que se habían presentado las licencias, haciendo hincapié en que no se había intentado “quedar con nada” que no es suyo y le había enviado al afectado emails para llegar a un acuerdo y devolver la parte que le correspondía. El constructor finalizaba su intervención pidiendo perdón por el daño que había podido hacer y queriendo reparar el daño y devolver la parte que no era suya.
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