Los pediatras explican que los niños deben ser tratados de manera diferente a los adultos desde el punto de vista inmunológico, de ahí que los tratamientos a aplicar sean diferentes y por tanto el protocolo de actuación difiera desde el principio. Por ejemplo, la temperatura de referencia de 38,6 grados no sirve porque los niños pequeños pueden alcanzar estos grados con cualquier infección. También se considera la debilidad muscular como un síntoma de poder estar contagiado por ébola, algo que en el caso de los menores de edad es difícil de establecer.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios