Algunos conductores intentan alterar las pruebas de alcoholemia poniendo en práctica algunos trucos, que responden a una serie de mitos y creencias populares que anticipan que realizando este tipo de acciones o prácticas seremos capaces de engañar al etilómetro y librarnos, así, de la sanción y la consiguiente pérdida de puntos, lo cual daría como resultado una fórmula perfecta para pasar por encima de la ley.
Durante muchos años son muchas las afirmaciones y prácticas que han ido formándose en diferentes núcleos sociales. Algunas perduran en el tiempo, ya que son adquiridas por las nuevas generaciones de jóvenes conductores.
Un tercio de los entrevistados (30%) afirma creer que existen trucos que practican algunos conductores para engañar a los controles de alcoholemia y no dar positivo.
Entre los trucos más citados destacan:
Aunque el estudio es concluyente en afirmar que ninguno de estos trucos resulta efectivo para burlar estos sistemas:
- 8 millones de conductores creen poder engañar a los controles de alcoholemia.
- Beber o chupar granos de café es el truco más conocido.
- Casi la mitad de los españoles ha oído hablar de estas trampas.
- Unos 2,6 millones de conductores ha utilizado estas prácticas para intentar no dar positivo.
- Casi 3 millones aprueban su uso para burlar la prueba de alcoholemia.
- 2 de cada 3 conductores españoles no sabe el límite permitido de alcoholemia y el 94% desconoce el límite del delito.
- El 86% considera que los controles de alcoholemia son una medida preventiva, el 84% entiende que constituye una medida disuasoria, el 66% cree que los controles de alcoholemia son una medida recaudatoria.
Pero, en definitiva, ninguno de los trucos del imaginario colectivo que se han testado en los conductores resultó funcionar, lo que debe contribuir a desterrar definitivamente la validez de estas creencias.
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