Insultos a una camarera en Zamora por su origen extranjero: se enfrenta a la cárcel

La Fiscalía le acusa de un delito contra los derechos fundamentales o bien contra la integridad moral

Juicio contra el acusado de un delito contra los derechos fundamentales
Juicio contra el acusado de un delito contra los derechos fundamentales

La Audiencia Provincial de Zamora ha acogido este jueves el juicio contra un hombre de 72 años acusado de un delito contra los derechos fundamentales por insultos a una camarera de un bar por su origen extranjero en relación a unos hechos que ocurrieron en junio de 2024 en la localidad de Tábara.

La camarera que denunció los hechos, durante su declaración, ha resaltado que antes de estos hechos denunciados había coincidido en varias ocasiones con el acusado y siempre tenía faltas de respeto hacia ella, señalando que se refería a las mujeres de forma despectiva y decía cosas como “las extranjeras vienen a robarnos el dinero”, “las mujeres son putas”, “está esta camarera que no me gusta, esta argentina”… así como que tiraba servilletas de una mesa y cuando le llamaba la atención le decía que a lo mejor lo tenía que limpiar ella y cosas similares.

No obstante, la gota que colmó el vaso para esta mujer y motivó la denuncia sucedió un mediodía cuando este hombre estaba en una mesa con un amigo y, según la mujer, el amigo le iba a dejar propina y fue cuando el hombre dijo: “tú estás loco, le vas a dejar bote a esta camarera” y empezó a insultarla diciéndole que era una “puta”, “que venía a España a quitarle el dinero a los españoles” … entre otras cosas.

La denunciante ha resaltado que no había denunciado antes porque “antes eran pequeñas cosas” y ese día fue el día que “estuvo más violento y discutimos más”, añadiendo que es conocedora de que ha tenido incidentes similares con otras camareras de origen extranjero y que tiene la entrada prohibida en algunos establecimientos.

Por su parte, el acusado ha relatado una versión de los hechos distinta señalando que llegó al bar que frecuentaba todos los días y la camarera le pidió que le pagase el café antes de ponérselo, señalando que era la primera vez que coincidía con ella, negando que la hubiera visto antes, y que se ofendió porque quería cobrarle el café antes de ponérselo y como le trató mal no volvió. En este sentido, ha negado haber insultado a esta mujer y haberse dirigido a la misma con expresiones racistas: “Mis padres me enseñaron una educación y yo a una mujer nunca le diría eso”, ha señalado.

Tras ellos, ha declarado un cliente que se encontraba en el bar aquel día quien ha señalado que escuchó al acusado decirle a su amigo: “No le dejes a una puta argentina el dinero que viene a robar a España”, afirmando que en otro establecimiento ha pasado algo similar con otra chica extranjera.

Otro de los testigos, que justo apareció en el local cuando acababa de pasar esta situación, ha destacado que cuando llegó la camarera le estaba diciendo al acusado que se marchara, que le iba a denunciar o que se lo iba a decir a su jefe, recriminándole que le había insultado y le había dicho palabras soeces. Este testigo ha añadido además que en otros ámbitos, en el pueblo, le ha escuchado preguntar a gente “si en tal bar está sirviendo ‘la panchita’”, así como ha escuchado rumores de otras situaciones en otros establecimientos.

Por último ha declarado el forense quien se ha ratificado en su informe señalando que el acusado tiene un problema de control de impulsos, pero no hay ningún tipo de trastornos, con rasgos de la personalidad que están ahí posiblemente desde el nacimiento.

Por estos hechos, la Fiscalía solicita para el hombre acusado una pena de 18 meses de prisión y 10 meses de multa con una cuota diaria de 10 euros por un delito contra los derechos fundamentales, o bien, en caso de que se considere que es un delito contra la integridad moral, una pena de 18 meses de prisión y alejamiento de la mujer a una distancia de 50 metros y prohibición de comunicarse con la misma por un periodo de tres años, así como una indemnización de 5.000 euros.

Y es que la Fiscalía considera que ha quedado desvirtuada la presunción de inocencia, el acusado ha incurrido en múltiples contradicciones con cosas que en la instrucción no dijo y considera que queda acreditado tanto ese episodio como los anteriores, pues no sería ese delito si fuera la primera vez que ocurre.

Por su parte, la defensa ha solicitado la libre absolución del acusado señalando que si había varios clientes en el bar solo han ido a declarar dos y ha resaltado que en ningún momento el acusado dijo expresiones con ánimo de humillar, resaltando que en una discusión entre dos personas a veces uno dice lo que no quiere decir, así como que el acusado tiene ciertos arranques pero en ningún caso ha querido humillar a la denunciante, así como que toma medicación y tiene una discapacidad intelectual.

El acusado, haciendo uso de la última palabra, ha señalado: “Vivo solo, no soy conflictivo, me llevo bien con todo el mundo. No soy mala persona”. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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