El juicio contra el acusado de agresión sexual a una chica en la calle Benavente de la capital el pasado 15 de octubre de 2018 arrancó ayer y tras varias horas de declaraciones del acusado, víctimas y testigos ha quedado visto para sentencia.
La Fiscalía ha solicitado 29 años de prisión para J.T.J, mientras que la abogada de la defensa ha pedido la libre absolución del acusado al considerar que no existen pruebas suficientes.
El acusado, J.T.J., declaró pasadas las 10 de la mañana y ha sido acusado de tres delitos: agresión sexual continuada, robo con violencia e intimidación y otro delito de agresión sexual en noviembre de 2017 a otra mujer de 48 años que también ha acudido a declarar.
Ante las preguntas de la fiscal, el acusado ha dicho no recordar absolutamente nada de los hechos admitiendo que había bebido, afirmando que no conocía a la víctima y no recuerda haberla abordado en la calle Benavente, entrar con ella al portal, subir en el ascensor, que le ordenará realizar agresiones sexuales, ni llevar un cuchillo, ni quitarle el teléfono ni un largo etcétera.
La fiscal ha señalado además que el forense "no ha visto en el acusado ningún tipo de patología a efectos de que puedan verse alteradas sus capacidades" así como ha recordado que en el edificio de la calle Benavente se encontró una colilla que tras ser analizada pertenecía al acusado, así como se encontró una huella en el teléfono de la supuesta víctima.
El abogado de la acusación ha solicitado durante el juicio el visionado de los fotogramas de las distintas cámaras de la calle Santa Clara, así como ha estado disponible la cazadora hecha jirones que supuestamente llevaba ese día como prueba y que ha sido mostrada tanto al acusado como a la víctima, reconociendo que era la ropa del sospechoso.
Tras la declaración del acusado declaraba tras un bombo la víctima que en el momento de los hechos tenía 23 años y ha ratificado las declaraciones que prestó al día siguiente en comisaría como en el juzgado el 4 de diciembre de ese año y ha mantenido que el acusado sujetó el cuchillo durante todo el episodio y fue cuando fue a abrir el portal en avenida Príncipe de Asturias cuando pudo zafarse de él y se tuvo que poner de tras de dos chicos porque quería agarrarla, hasta que los chicos dijeron que iban a llamar a la Policía y el acusado emprendió la huída. La víctima además lleva en tratamiento psicológico desde entonces.
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