Tal y como se preveía, la iglesia de Castronuevo se quedó pequeña para albergar el funeral de Óscar Sastre. Era el último adiós que familiares, amigos y conocidos podían ofrecerle al otrora empresario. No quisieron faltar amigos relacionados con su labor empresarial al frente de Autos Sastre, relacionados con el mundo de la música y la literatura, donde también Óscar hizo su aparición de manera puntual, y también relacionados con el mundo del motor, su gran pasión.
La quedada de la familia motera partía desde el barrio de Pinilla y también desde el propio tanatorio Sever, donde miles de personas han despedido durante estas últimas horas a Óscar Sastre. Desde la capital, la comitiva partía hacia Castronuevo. Allí, el silencio, el duelo y la quietud de una localidad que conoce las complicadas vicisitudes que la vida le ha puesto a la familia Sastre, se rompía con el rugir de las decenas de moteros que quisieron hacer la última ruta en honor a Óscar.
Fue el último adiós. El último rugir del motor. El último pensamiento hacia Óscar Sastre.