El día 15 de agosto de 2018 se produce un incendio forestal en el término municipal de Ferreras de Abajo. De forma inmediata una patrulla de la Guardia Civil se traslada al lugar de los hechos, recabando los indicios e información necesaria para el esclarecimiento de las causas y posible autoría del incendio, haciéndose cargo de la posterior investigación el SEPRONA de la Guardia Civil de Zamora.
Tras las primeras indagaciones, se comprueba que el inicio del fuego tuvo su origen en unas fincas particulares situadas en el término municipal próximas al casco urbano de la localidad de Ferreras de Abajo. Como consecuencia de las investigaciones realizadas, y la inestimable colaboración ciudadana el mañana del día 20 de agosto se procede a investigar a una persona como presunto autor de un delito de incendio forestal. Por este hecho se instruyen diligencias entregadas en el Juzgado de Guardia de Zamora.
Durante la noche del día 17 de agosto la Guardia Civil de Zamora tiene conocimiento de la existencia de un fuego en la localidad de Nuez de Aliste. Trasladados de forma urgente agentes de la Guardia Civil, se localiza en las inmediaciones del fuego a una persona tendida en el suelo, con un mechero en la mano y una brecha en la cabeza.
Al tratar los agentes de identificar a esta persona, comienza a proferir insultos y amenazas a los Guardia Civiles, llegando al extremo de intentar agredirles, procediendo a su detención como supuesto autor de un delito de incendio forestal y otro de atentado contra agentes de la Autoridad.
El detenido, diligencias instruidas y efectos intervenidos fueron puestos a disposición del Juzgado de Guardia de Zamora, quién decretó libertad con cargos.
El vigente Código Penal establece, para los que incendiaren montes o masas forestales, penas de prisión de uno a cinco años y multa de doce a dieciocho meses.
Imponiendo para los hechos anteriormente citados pena de prisión de tres a seis años y multa de dieciocho a veinticuatro meses, si concurren circunstancias tales como:
Que ocasione grave erosión de los suelos afectados, que altere las condiciones de vida animal o vegetal, que afecte a zonas próximas a núcleos de población o lugares habitados o que las condiciones climatológicas incrementen el riesgo de propagación del incendio, entre otras circunstancias.
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