Este miércoles, la Policía Nacional detenía a un ciudadano holandés tras amenazar de muerte a varios empleados del Parador tras llevarse la grúa su coche. El detenido estacionó en la zona de carga y descarga del Parador de Turismo durante varios días y la grúa le llevó el coche al depósito. Tras percatarse de eso, el detenido amenazó de muerte a las empleadas que estaban en la recepción.
Una de ellas era M.M., que fue la primera trabajadora que se encontró este huésped al entrar al Parador. “Entró hecho una furia, diciendo que le habían llevado el coche y que se había encargado de hablar con mis superiores para que me despidieran. Yo me callé y él siguió diciendo que realmente no iba a hacer falta que me despidieran, porque me iba a matar, que me quedaban minutos de vida”, recuerda todavía en cierto estado de nervios.
Tras eso, la empleada avisó a dos compañeros más, que trataron de calmar sin éxito al huésped. El holandés entró posteriormente a la piscina con una botella de cristal, pese a que los empleados le advirtieron que estaba prohibido. “Una vez ahí empezó a gritar que España era un país de corruptos, que España estaba ganando dinero gracias a gente como él y a su país”.
Los trabajadores dieron aviso a la Policía, que se personó en el lugar y redujeron al huésped, que se revolvió e intentó zafarse de la detención: “Estaba muy alterado. Se pensaba que nosotros habíamos llamado a la grúa, y la realidad es que llevaba varios días ahí aparcado y su coche molestaba para retirar los puestos de la feria de la cerámica”.
El cliente, que llevaba alojado desde el lunes en el Parador, no tenía reserva y había comunicado que se quedaría hasta este jueves, pero había cambiado de opinión y pensaba abandonar la ciudad este miércoles. Finalmente tendrá que ser el jueves, ya que en las próximas horas pasará a disposición judicial. Posteriormente tendrá que ir de nuevo al Parador, ya que sus pertenencias continúan allí.
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