Accede a la historia clínica de una enfermera en Zamora hasta cinco veces: puede ir a la cárcel

Estas son las penas que se solicitan

Juicio contra el hombre acusado de revelación de secretos por acceder al historial clínico de una enfermera
Juicio contra el hombre acusado de revelación de secretos por acceder al historial clínico de una enfermera

La Audiencia Provincial de Zamora ha acogido este martes el juicio contra un hombre acusado de un delito de revelación de secretos tras acceder al historial clínico de una enfermera hasta en cinco ocasiones.

El acusado, en su declaración, ha resaltado que en 2022, cuando sucedieron los hechos, era el responsable de enfermería de una zona básica de salud de la provincia de Zamora y organizaba el trabajo de los enfermeros de la zona. Ha aludido a que accedió los días 4, 14, 24 y 28 de marzo, así como el 25 de abril, a la historia clínica de una enfermera que tenía un contrato temporal de sustitución, debido a que tenía que organizar el trabajo y quería saber si ella estaba en activo, resaltando que lo comprobó así porque nadie le había informado ni de que estaba de baja ni del desarrollo de la misma.

El acusado ha resaltado que el 1 de marzo habló con la enfermera para conocer si su contrato era en el centro de salud de cabecera de la zona o en un punto de atención continuado, previamente al inicio de su trabajo el 4 de marzo, y ella le comentó que creía que iba al centro de salud de cabecera pero, después de firmar el contrato, había conocido que iba al punto de atención continuado.

Ya el 4 de marzo, cuando esta enfermera tenía que incorporarse, el acusado afirma que nadie le había dicho nada de la baja y lo consultó en el programa Medora, accediendo por primera vez a la historia, resaltando que le pidió el motivo de acceso y pinchó en “planificación”, sabiendo que a partir de ahí tiene acceso a todos los datos. Si bien, ha señalado que solo quería saber si tenía o no a esa trabajadora, añadiendo: “No me interesan para nada sus datos personales”, y que abrió los datos pero no la historia clínica completa, sin intención de curiosear.

En este sentido, el acusado ha incidido en que el resto de ocasiones en que abrió la historia clínica fue para comprobar si se mantenía la misma situación con el fin de organizar los servicios, los lunes, porque generalmente es cuando dan el parte de confirmación, y porque ella no le comunicaba las bajas. Incidió en que ha sido la primera vez que no se le comunica que un compañero está de baja, ya que normalmente es el propio interesado quien lo informa. En la última ocasión que entró, un jueves, el acusado ha señalado que fue porque finalizaba el contrato en unos días y quería conocer si contaba con esa trabajadora ese fin de semana.

La enfermera que ha denunciado los hechos, por su parte, ha relatado que se enteró que este hombre había entrado en su historia clínica a través de su médico de cabecera en una primera ocasión y no quiso darle importancia. Fue más tarde, cuando ella misma accedió a su historia, que vio que había accedido hasta en cinco ocasiones.

La denunciante ha señalado que llamó a la Dirección de Enfermería, donde firmó el contrato, para comunicar la baja, siendo esta la que debería habérselo comunicado al acusado.

Además, la enfermera ha incidido en que recibió llamadas de compañeros para que retirara la denuncia e incluso se reunió con la Dirección de Enfermería, quienes le decían que quitara la misma, “que no podíamos estar así entre compañeros”, algo que no hizo “por miedo”, ya que no tiene trabajo fijo.

Asimismo, la denunciante ha reconocido que tenía ansiedad reactiva y que en un primer momento su baja fue por este motivo, debido al hecho de haber firmado un contrato para un lugar al que no quería ir, pero que esta situación se agravó cuando conoció el acceso a su historia clínica, puesto que desconoce si el hombre tiene capturas, le ha contado algo a alguien o ha hecho uso de esos datos personales. “Me produce angustia porque es algo muy personal”, ha concluido.

Tras la declaración de un testigo propuesto por la defensa, tanto la Fiscalía, como la acusación y la defensa, han emitido las conclusiones para que el juicio quede visto para sentencia.

La Fiscalía ha solicitado una pena para el acusado de dos años y ocho meses de prisión, así como una multa de 18 meses con una cuota diaria de 10 euros, e inhabilitación absoluta para la profesión durante nueve años, incidiendo en que queda acreditado que el acusado entró sin consentimiento en el historial médico de la denunciante. Asimismo, ha señalado que, aunque el acusado justificó que el acceso era para comprobar la situación laboral, carece de sentido la última vez que accedió, ya que el contrato estaba próximo a su finalización y ese segundo mes ya había sustituto. Además, se resalta el perjuicio a la víctima, el peligro de que esos datos trasciendan a terceras personas y la ansiedad provocada por dicho acceso.

Por su parte, la acusación solicita una pena de prisión de cuatro años y seis meses, así como una multa de 21 meses a razón de 100 euros al día e inhabilitación absoluta por periodo de diez años, aludiendo también a que queda acreditado que el acusado entró en el historial sin conocimiento ni consentimiento de la víctima, a pesar de que el programa le advertía de que estaba entrando en un área protegida. Además, cuestiona por qué no contactó con la Dirección de Enfermería en vez de acceder al programa, concluyendo que haber podido transmitir esos datos a terceros agrava la situación.

Por último, la defensa ha solicitado la libre absolución del acusado, argumentando que han quedado acreditadas sus funciones y que lo único que le incumbe a él es la organización de la zona básica de salud. Resalta que el acusado no tenía otra forma de comprobar si la enfermera estaba de baja, ya que lo normal es que ella lo hubiera comunicado a su superior. También ha señalado que el acceso a la historia de la enfermera fue para comprobar que estaba de baja y que no ha trascendido ninguna otra información de datos sensibles, concluyendo que la ansiedad de la denunciante se debe al destino de su contrato y no al acceso a la historia clínica y que no existe perjuicio porque no está acreditado el acceso a datos sensibles.

El acusado ha hecho uso de su última palabra, zanjando: “Ha sido muy doloroso para mí, después de 42 años, enfrentarme a una situación inesperada como esta”.

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