El programa de MasterChef emitido el pasado miércoles, llegaba con una prueba de eliminación difícil para los conocidos aspirantes. Debían cocinar con una compra bastante escasa, y si hay alguien que conoce bien lo que es resurgir y brillar, sea cuales sean las posibilidades, esos son los hermanos de El Ermitaño, Pedro Mario y Óscar Pérez.
El mensaje de superación trasmitido por los hermanos Benaventanos, tras el incendio de su restaurante en el año 2000, consiguió emocionar a los aspirantes, a los jueces y a todos los espectadores. Los aspirantes recogieron el guante ante la superación mostrada por los zamoranos y comenzaron la prueba.
Un desafío que para algunos salió mejor que otros, la cara del chef benaventano, Pedro Mario, al ver la forma de elaborar la anguila por parte de Ana Obregón, también fue otro de los momentos de la noche que no dejaron indiferente a nadie.