Una de las cofradías más solemnes de la Pasión zamorana viste este Viernes Santo las calles de la ciudad de luto. La Real Cofradía del Santo Entierro, bajo un cielo soleado y con la intención de realizar su recorrido procesional completo pese a la amenaza de lluvia a últimas horas de la tarde, desfila envuelta en ese característico terciopelo negro después del sobrio acto del Sermón del Descendido que se ha desarrollado en esta ocasión en la iglesia de San Andrés, sede canónica de la Cofradía, ante la falta de Museo de Semana Santa un año más.
Zamora está abarrotada de gente que se agolpa al paso del desfile procesional para contemplar la riqueza artística de esta procesión que, con sus doce grupos escultóricos, es la que más imágenes saca en procesión.
Impresionantes tallas como La Lanzada, conocida como ‘El Longinos’, el Descendimiento, La conducción al sepulcro, el Santo Entierro o ‘La Urna’ emprenden su camino a la Catedral y la devoción se respira en cada esquina.
Una vez disfrutada la tradicional merienda en la Catedral, han vuelto con incertidumbre y descontrol ante el aviso de suspensión de la procesión.
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