VÍDEO | El adiós de una madre y un hijo con el Duero de testigo al cobijo de San Frontis

El Vía Crucis regresa a sus orígenes entre la piedra y la plegaria de una madre que le ve partir

Procesión del Vía Crucis

La estameña blanca y morada de los hermanos del Vía Crucis hace de telón para la despedida más amarga de la Semana Santa de Zamora en una Seo que atestigua el camino al calvario. Las cornetas abren la tarde de Martes Santo, el Nazareno de San Frontis abre paso a la mirada de la Esperanza que aún lo mira desde el interior del templo

El esfuerzo de los cargadores se plasma en la belleza de un caminar distante, pero unido en el dolor de una madre que ve partir a su hijo camino de la muerte en una rúa de los Notarios que, plagada de hermanos de fila, ensalza la belleza de un ansiado Martes Santo. 

El mozo se reencuentra con un Casco Antiguo que lleva esperándolo dos años con el rumor del Duero a lo lejos esperando volver a ver su rostro reflejado en las aguas mientras los hermanos acompañan a ambas imágenes en el descenso por Alfonso XII. 

Las recién estrenadas piedras del Puente de Piedra se convierten por primera vez en testigo del caminar de la Esperanza que sigue muy de cerca a su hijo con la emoción a flor de piel antes de la despedida. Reverencias de fervor y tradición se entremezclan con las aguas de la fuente de inspiración de tantos poetas. 

Las dominicas ven ya la corona de su virgen que se dirige a buscar el abrazo y el cobijo entre sus muros mientras el Nazareno emprende paso firme por la avenida homónima para encontrar consuelo en su barrio. San Frontis. 

El adiós teñido de morado y un manto verde esperanza cierra una tarde de Martes Santo en la que el puente de Piedra ha vuelto ser el nexo de unión de ambos márgenes envueltos de Pasión. 

 

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