Montamarta recibía este miércoles el Año Nuevo como marca la tradición, con la celebración del Zangarrón. Este personaje, encarnado en este caso por Pablo Rodrigo de la Iglesia , recorrió las calles de la localidad con sus elementos característicos: la máscara negra, el traje compuesto por una colcha, varias toallas y unas zapatillas blancas, los cencerros y el tridente.
Después de atravesar las calles de Montamarta, bañanada por una densa niebla, el Zangarrón subió a la ermita de Nuestra Señora del Castillo para participar en los actos previos a la misa. Una vez en el templo, el Zangarrón clavó su tridente en dos hogazas de pan depositadas frente al altar, para comenzar de nuevo un intervalo de carreras de regreso al pueblo, para iniciar las persecuciones al resto de mozos. Todo en una mañana marcada por el frío y las bajas temperaturas.
Hay que recordar que el próximo seis de enero la ceremonia se repetirá con otro de los quintos.
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