Es difícil imaginar actividad alguna que pueda mantener entregado y concentrado a un público durante más de dos o tres horas pero las figuras del cante y del baile que ayer desplegaron su arte en Morales del Vino lo consiguieron durante más de cinco.
Más de 300 minutos de música desgarrada para la décima edición del Festival de Flamenco de la Tierra del Vino, dedicada al Festival Internacional del Cante de las Minas, convirtieron la velada en una de las más inolvidables de la cita referencial para la música más netamente española.
El hecho de que los cielos se mostraran amenazadores y fuera necesario trasladar las actuaciones por precaución al pabellón municipal no deslució un ápice el elenco de actuaciones, abierto por las guitarras de Antonio de Patrocinio, Francis Pinto y el zamorano Antonio Regalado.
El alcalde de Morales del Vino, José María Barrios, recibió, acto seguido, el cartel oficial de manos de la Peña Flamenca.
El cante se inauguró con el también zamorano Clemen Valle, con el rasgueo de Antonio Regalado y una ovación apoteósica por parte del público, que valoró farrucas y soleares.
Manuel Cuevas, con Francis Pinto, comenzó por malagueñas y levantó a los asistentes de sus asientos cantando por fandangos del clásico granadino Frasquito Yerbagüena, para seguir por alegrías y, después, murciana y minera. Cuevas brindó un palo a los no aficionados y dedicó la última vuelta a Rafael Farina antes de despedirse por fandangos, poniendo la piel de gallina al respetable.
El baile no dio tregua al público, que agradeció el despliegue encabezado por Cynthia Cano, con bata de cola, seguida por Rocío Segura, quien empezó por tangos para hacer temblar el pabellón, siguiendo por soleares, cantes por Levante, bulerías y fandangos.
El último de ellos fue dedicado expresamente a Morales del Vino.
Ricardo Fernández del Moral hizo pensar a los asistentes que cerraban los ojos que había una persona al cante y otra, a la guitarra, aunque es él mismo quien se acompaña. “Tendríamos que remontarnos históricamente hasta llegar a Juan Brava, que también se acompañaba a sí mismo con la guitarra”, explicó antes del Festival a zamora24horas la teniente de alcalde de Morales del Vino y aficionada al flamenco, Ana Mulas.
Fernández del Moral ofreció malagueñas, soleares de Alcalá, de Reina, de Cádiz, mineras, taranta de Linares y fandangos mineros. “El flamenco es un arte que demuestra que cualquier pieza puede ser flamenca y, por eso, Ricardo canta por Zambra la bien pagá”, añade.
Además, recordó a los maestros de Jerez cantando por bulerías y bulerías por cuplé, dedicadas al presidente de la Peña Flamenca. Por último, interpretó fandangos de Herminio León, del Torre y del Carbonerillo, “con un toque mío”, según precisó desde el escenario.