Desde la Asociación para el estudio de la montaña CRYOSANABRIA se anima a que se visiten los establecimientos que tienen colocado el ramo leonés- senabrés y que en las próximas navidades hagan el suyo porque se realizará un concurso de ramos porque para Daniel Boyano sotillo, presidente de CRYOSANABRIA “la palabra convence, pero el ejemplo arrastra. Porque aunque sea difícil mantener las tradiciones, el arraigo y la identidad debido a las presiones exteriores globalizadoras, hay que trabajar en ello. Quizás nuestra generación no vea el cambio a un nuevo renacimiento del necesario mundo rural tradicional, pero hay que trabajar para marcar el camino y que en el futuro se produzca dicho cambio aunque nosotros y nosotras no podamos verlo”.
El ramo leonés - sanabrés de Navidad (ramu llionés de ñavidá, en SENABRÉS) es un ornamento recuperado en los últimos años en las fiestas navideñas, siendo su presencia más constatable en los límites del Reino de León o País Llionés en el que nos encontramos.
El ramo consiste en un armazón de madera de forma triangular, semicircular o cuadrada, en el que se sitúan 12 velas simbolizando los meses del año. Del mismo cuelgan diferentes ofrendas, tales como lazos, hojas de acebo, yedra o tejos, hilos de lana, puntillas, bordados, rosquillas y frutas. Este armazón se apoya en una vara de madera colocada verticalmente sobre una peana que le sirve de soporte. Al pie del ramo se suele situar de nuevo una cesta con ofrendas, comúnmente castañas, bellotas y nueces.
Los orígenes del ramo parecen remontarse a épocas celtas castreñas precristianas, en las que el ramotenía un carácter votivo como culto a la fertilidad y preludio de la primavera. Es, por tanto, un símbolo pagano asimilado por la Iglesia al parecer a través de las pastoradas (pequeños autos de Navidad que se celebraban en los atrios de las iglesias de las provincias de León, Zamora, Salamanca, Ourense, Lugo y Asturias).
La tradición evolucionó del ramo natural a la estructura de madera anteriormente explicada, probablemente por influencia del tenebrario existente dentro de los templos parroquiales donde inicialmente se colocaban. Más tarde empezaron a situarse dentro de los hogares.
Con la despoblación del campo sanabrés acaecida durante el siglo XX, esta tradición estuvo a punto de perderse por el empuje de otras importadas, como el pino de navidad, y por ser identificado el ramo como algo rural y por tanto desdeñable. Actualmente vive un nuevo renacer en Sanabria gracias a la Asociación para el estudio de la montaña CRYOSANABRIA.
Fotografía: Escaparate Bazar Patatín de Puebla de Sanabria