Los Visparros animaron la mañana del primero de año con sus chocallos, esquilas, carracas... Además, algunos vecinos invitaron a dulces y chocolate servido en canecas, para completar el famoso aguinaldo. Con los sonidos se despertaron aquellos que se habían acostado solo horas antes.
Los niños y niñas escapaban de los Visparros que trataban de cogerlos y tirarles hojas y cernada. Todo ello con carreras a esgalla por las calles y el monte.
Los trajes se hicieron “con farrapos procedentes de ropa vieja esfarrapada” tal y como contaron los vecinos de Triufé que vivieron la última edición de esta fiesta tradicional casi hace 70 años.