Se puede afirmar que este Antruejo (Carnaval) es hijo del cristianismo y sin la idea de la cuaresma no existiría en la forma concreta en que ha existido desde fechas oscuras de la Edad Media. Carnaval viene del latín “carnelevarium”, que significa “quitar la carne” y se refería a la preparación ante un periodo en el que no se podía comer carne (la Cuaresma).
En la celebración del Antruejo, que según la Real Academia Española es el conjunto de los 3 días de carnestolendas anteriores a miércoles de ceniza, participa todo el pueblo, aunque son los jóvenes lo que lo hacen de una forma más intensa. Aunque las mujeres antes no participaban, en la actualidad no hay distinción por sexo. Antiguamente tampoco se dejaba participar a los menores de 14 años que no podían ni siquiera acercarse al pajar. Ahora son ellos los que empiezan a correr los carnavales.
Normalmente el carnaval se empieza a correr semanas antes del domingo gordo. Ya lo dice el refrán: “los mozos sin seso, por San Antón corren el Antruejo”. Antes de seguir, hay que aclarar lo del pajar. El pajar es el lugar donde la gente del pueblo reúne los trajes, cencerros y caretas. Todo el que quiera, puede ir allí y disfrazarse para salir a correr por el pueblo.
Los carnavales de cencerros suelen llevar una tralla que, como signo de autoridad y fuerza, hacen sonar en el aire. Otro artilugio típico son las tenazas o escaleras de madera que se utilizan para coger a la gente tras la que corren. Antiguamente se utilizaban también para llegar a las ventanas y balcones donde estaban las mozas, pues no salían a la calle por miedo a que les pellizcaran y les “metieran mano”. Y, es que pegar con la tralla, coger a la gente con las tenazas y pellizcarle, todo está permitido a los disfrazados.
Los cencerros son la parte más importante de los carnavales, así como la más cara del traje, oyéndose su toque desde todas las calles del pueblo, haciendo que los más miedosos corran a esconderse.
En la posguerra, los carnavales fueron prohibidos en todo el país, siendo Villanueva de Valrojo uno de los lugares donde siguieron realizándose, en parte gracias a la buena voluntad de los sucesivos alcaldes que nunca se opusieron. Cuentan que en los días más importantes de carnaval, un alcalde se iba del pueblo con el fin de hacerse el desentendido cuando llegara la Guardia Civil, otro, los invitaba a su casa a comer y beber para que en la calle el pueblo se divirtiera.
Tampoco hubo generalmente oposición por parte del cura, que con tal de que no se corriera el carnaval durante la misa o el rosario, se daba por satisfecho. La mayor oposición a los carnavales fue por parte de los maestros que había en el pueblo, seguramente porque eran de fuera y no sentían un arraigo especial por la fiesta, aparte de sus ideas políticas.
Los días más importantes del carnaval son el Domingo Gordo y el martes. Hasta hace algunos años, el martes de carnaval por la mañana, los vecinos iban a concejo a arreglar caminos hasta mediodía. Por la tarde se volvía a reunir el pueblo para el convite que daba la Junta Administrativa y que actualmente se sigue dando. Es el Martes cuando aparece la figura del Demonio, y lo hace durante la verbena, después de apagarse las luces portando una tornadera de madera y azufre ardiendo, impresionando y asustando al público asistente. A veces el azufre es sustituido por incienso. El demonio irrumpe en el baile como diciendo: “disfrutad de la diversión y los excesos porque mañana empieza la Cuaresma con los ayunos y las abstinencias.”
La cordialidad, la diversión y el buen humor son las notas predominantes del carnaval, quedando a un lado cualquier tipo de rencilla que pudiera haber. Así pues, se puede decir que los carnavales representan unos días de diversión, pero no sólo los días grandes, sino todos los domingos desde que se empieza a salir con los cencerros. También es pura diversión la preparación de los disfraces y números que se suelen llevar a cabo el domingo Gordo y el Martes.
Es tradición que después del carnaval, los mozos fueran por las casas del pueblo pidiendo los chorizos para comerlos después. No se sabe desde cuando se lleva a cabo esto, pero posiblemente se trate de una tradición que ha venido siempre unida a la propia celebración del carnaval y, aunque nadie sabe el motivo de esto, se supone que se trata de una especie de pago a los mozos por haber divertido al pueblo durante el carnaval. Actualmente esta tradición se realiza los lunes de carnaval por la tarde-noche para después cenar los chorizos tanto mozos como mozas.
En la gastronomía hay que destacar un típico postre, las fiyuelas cuya receta es:
Ingredientes (para 8 personas): 1 docena de huevos, 400g. de harina, 2 cucharadas de azúcar por huevo, aceite y un vaso de leche. Se baten los huevos, se echa el azúcar y la leche, y se mezclan con la harina, batiendo bien. Después se pone una cucharada de esta mezcla en una sartén con aceite bien caliente. Cuando se doren, ya estarán listas para comer.
Hoy en día, para los vecinos, los carnavales representan algo muy especial, por lo que merece la pena luchar, para que esta tradición siga viva generación tras generación.
Villanueva de Valorojo se prepara para su histórico carnaval
Villanueva de Valrojo y su historia de siglos, de años y de días, se ha mantenido unida a la típica celebración pagana de los Carnavales de Cencerros. No podemos afirmar que el inicio de estos carnavales fuera unido al nacimiento del pueblo, pero si han llegado testimonios de personas que confirman que, desde mediados del siglo pasado siempre se han celebrado, a excepción de los años de la Guerra Civil.
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