La periodista Mamen Mendizábal y el experto en nutrición Luis Alberto Zamora en el transcurso del programa comparan dos vinos, uno con la contra-etiqueta de la D.O. Toro y otro de otra Denominación de Origen española, dejando ver que la primera puede resultar fraudulenta al no incluir el tipo de envejecimiento del vino, y expresando que al no ponerlo, es porque no interesa dar esa información al consumidor, información relativa al contenido de la botella.
Una afirmación totalmente falsa que desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen del vino de Toro corregimos, por el mero hecho de que todo vino joven no puede etiquetarse como crianza, reserva o gran reserva; “En este sentido, nos gustaría dejar claro que la normativa dice al respecto de los vinos sin envejecimiento reglado, es decir, todos aquellos que no sean crianzas, reservas y gran reservas, que han de usar la tirilla de vino joven e indicar en su etiquetado ( no necesariamente debe indicarse en la contra etiqueta entregada por el Consejo Regulador) la añada. De igual manera, si el vino fuese tinto roble o tinto barrica, se ha de incluir el periodo de permanencia en barrica, indicado en meses.”
El programa de la cadena de Atresmedia ha ofrecido una información que no se ajusta a la realidad, sin contrastarla debidamente y que puede provocar que la imagen de la D.O. Toro se vea perjudicada y quede en entredicho al poner en tela de juicio la calidad de los vinos de Toro y su etiquetado.
Puedes ver el fragmento del programa pinchando aquí.
Desde la D.O. Toro quedan a la espera y estamos a su disposición para poder explicar los distintos tipos de vinos amparados a nuestra Denominación de Origen y de esta forma dar a conocer los diferentes tipos de contraetiquetas con los que cuenta la D.O. Toro y los exhaustivos controles de calidad que pasan todos los vinos amparados a este sello de calidad antes, durante y después de su salida al mercado, para evitar, precisamente, esos tipos de fraudes de los que se habla en el programa. Las cifras avalan a Toro, tercera Denominación de Origen de Castilla y León, con 15 millones de botellas comercializadas en el año 2019 y siendo una de las pocas Denominaciones de Origen que ya se reconocían en el estatuto del vino allá por el año 1933.