Los vecinos de Fariza disfrutaban este domingo de su tradicional romería. Fecha señalada para todos ellos pero que, este año, llegaba con la lluvia como protagonista inesperada y que obligó a cambiar los planes.
Durante el tradicional camino hasta la ermita las nubes estuvieron presentes, aunque en el último momento la lluvia hizo acto de presencia y los vecinos tuvieron que refugiarse en el templo.
Una tormenta que además obligó a salvaguardar los pendones, dejando una estampa inusual pero donde todos los vecinos pudieron acompañar a la Virgen en su gran día.