Este 17 de enero de 2021 se ha realizado un pequeño homenaje en la sierra sanabresa a las víctimas de la catástrofe de 1959 que afectó al pueblo de Ribadelago al romperse la pared de la presa de Vega de Tera debido a su deficiente construcción. El homenaje ha consistido en un encendido de velas junto a un repaso de los sucesos históricos que acompañaron a la tragedia.
La infraestructura de dicha presa tenía graves deficiencias estructurales como consecuencia de una mala construcción. Las obras de la pared de la presa concluyeron en 1956 con una gran cantidad de filtraciones y riesgo de rotura. Durante más de dos años, de 1956 a finales de 1958, las obras fueron revisadas por ingenieros hidráulicos europeos que dictaminaron que nunca se debía rellenar ese embalse de agua debido a su alto riesgo de colapso y rotura de la pared.
A pesar de ello, a finales de diciembre de 1958 el régimen franquista decidió llenar el embalse. Días más tarde, el 8 de enero de de 1959 el embalse se llenó completamente, resistiendo la pared de la presa escasas horas hasta que rompió pasadas las 12 de la noche del 9 de enero de 1959. Las guas represadas del Tera bajaron por el propio cañón que le da nombre y llegaron a Ribadelago con una fuerza tremenda. el miedo y la desolación se adueñaron de Ribadelago hasta el día de hoy ya que todavía las personas que consiguieron sobrevivir no han sido compensadas de una manera justa.
La catástrofe de Ribadelago es la tragedia acaecida en la madrugada del 9 de enero de 1959 en la que fallecieron 144 de los 532 habitantes de Ribadelago al ser arrasado e inundado su casco urbano por la riada que se originó tras la rotura de la presa de Vega de Tera.
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