El viernes 5 de enero de 2018, víspera de reyes, de nuevo salieron las Talanqueiras y Visparros por las callejas de San Martín de Castañeda pidiendo los aguinaldos por las casas y preguntando en cada una de ellas ¿cantamus o marchamus? a lo cual las personas que viven en las casas respondían ¡cantai cantai!. En ese momento los visparros y talanqueiras cantaban y al terminar en cada casa se les entregada el aguinaldo.
Al recoger el aguinaldo, hacen sonar con más fuerza los cencerros y lo cuelgan en el sable o varal. A pesar de la aparente monotonía del acto, dicen que no ha y nada más agradable que seguirlos, en un entorno frío, pero encantador, con variedad de casas y calles y, especialmente, con las personas que salen a recibirlos.
Se nota la emoción en las personas mayores de volver a otra época. Así se va desgranando la tarde y las calles y casas del pueblo, mientras el varal empieza a curvarse por el peso de los productos de la matanza y las cestas hay que llevarlas a vaciar. Cuando se termina el recorrido, se realizó una a la que acudieron todos los vecinos, aunque antiguamente era exclusivamente para los mozos que organizaban y protagonizaban la fiesta. Se hacía en casa particular mezclando los productos del cerdo con cachelos, hasta que se terminaban.