Provincia

Un pueblo zamorano reclama que sus personajes de Carnaval aparezcan en la relación de Mascaradas de la provincia

Las figuras ancestrales gozan del origen y tradición común con similares en pueblos del antiguo Reino de León M. A. Casquero1 marzo, 2022 3 minutos leídos

Los carnavales de Morales de Valverde

El Ayuntamiento de Morales de Valverde tiene previsto presentar un dosier ante la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León para que se atienda su reclamación de que los personajes de Carnaval de Morales de Valverde figuren en la relación de Mascaradas de la provincia.

El Bocyl de este martes 1 de marzo hacía pública la relación de Mascaradas de Castilla y León sometiendo el expediente a información pública durante el periodo de un mes para que las Mascaradas sean declaradas Bien de Interés Cultural con carácter inmaterial como se adelantó en Benavente Digital y Televisión Benavente.

En la relación de Mascaradas del territorio castellano y leonés no aparecen las de Morales de Valverde. Una circunstancia que no es de recibo para el alcalde Emilio Melgar y la propia asociación cultural y micológica «las Pozas» que se ha encargado en estos últimos años de difundir esta cultura tradicional.

Más aún, los personajes de Carnaval de Morales de Valverde han participado en actos señeros, tanto en la provincia como en el vecino país de Portugal, organizados o con el apoyo oficial de instituciones como la Diputación de Zamora. Precisamente en el catálogo cultural de la Diputación se reconocen los carnavales y sus figuras de Morales de Valverde. Por ello, para el alcalde «no es de recibo que nuestras mascaradas no figuren en la relación de la Junta», apuntando a la necesidad de que la identidad ancestral de un pueblo, su historia cultural, se vea reflejada en similitud al resto de localidades que tienen una seña común.

La tradición oral en Morales de Valverde justifica el origen de esta tradición con similares figuras utilizadas en el antiguo Reino de León. Véase como ejemplos Los Toros y los Guirrios en la localidad leonesa de Sardonelo o La Vaquilla o los Cencerreros de Palacios del Pan e, incluso, La Vaca de Villabuena del Puente en la comarca toresana. Más aún, las mascaradas vecinas de La Filandorra en Ferreras de Arriba o los Carnavales de Villanueva de Valrojo.

Las mascaradas de Morales de Valverde cuentan con personajes tradicionales como son:

El TORO Y EL TORERO: El primero es el personaje principal que representa un toro con unos cuernos unidos entre sí por un armazón de madera, tapado con una sábana y con un cencerro. El segundo asegura “las victimas” al Toro. Viste muy ajustado, sus herramientas son una capa y una espada de palo, y lleva un pequeño cencerro en la cintura. EL GORDO Y EL FLACO: El gordo, viste con un mono de trabajo o unos pantalones y chaqueta amplios que rellena con paja de encaño hasta casi no poder caminar. El flaco, lleva una vestimenta muy amplia, en este caso sin rellenar, para acentuar su delgadez. SEÑORITA Y SEÑORITO: Suelen ir de la mano haciendo pareja y protagonizando escenas hilarantes. Una mujer hace de Señorito y un hombre de Señorita. LOS BIRRIAS: Personajes con atuendos diversos y anárquicos. Todos llevan distintos instrumentos para hacer ruido como cencerros, carracas, vejigas.

DESARROLLO DEL DÍA DEL CARNAVAL

Los mozos se juntaban en un corral y allí se disfrazaban ayudándose unos a otros. A las puertas se agolpaban los chicos y chicas del pueblo al grito de: “¡Qué salga el toooro, con cueeernos y tooodo!”. Cuando los actores salían comenzaban las carreras de torero y toro tras chicos y chicas. El torero casi siempre se iba a por las chicas. Algunos se encerraban en las casas por miedo real al toro y otros lo citaban para provocar su embestida. De vez en cuando y a modo de descanso el torero paraba al toro en alguna calle y le daba unos pases toreros ante el gentío que aplaudía el arte. El carnaval concluía después de 2 ó 3 horas en la plaza del pueblo con todos los personajes presentes. Allí, el torero, durante unos minutos, daba pases al toro hasta llegar a la suerte de matar. A continuación todos los personajes juntos, pasaban por las puertas pidiendo “limosna pa’l toro”. La gente daba patatas, huevos, aceite, chorizos, algún pollo y por supuesto dinero, que se invertía en una cena de convivencia.

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