El Boletín Oficial de la Provincia del pasado lunes 27 de septiembre recogía la delegación de cargos de Ángel Prada como alcalde de Rosinos en uno de los tenientes de alcalde del municipio. El motivo, las "vacaciones" del también diputado, que por unas cosas u otras, no se presentaba a un Pleno de la corporación provincial desde el 29 de julio, cuando ya se había conocido la sentencia que le condenaba a siete años de inhabilitación por un delito de prevaricación.
En aquella sesión veraniega, Prada defendió su inocencia ante las peticiones del Pleno para que abandonara su puesto como diputado, una reclamación que también le llegó desde el Partido Popular, la organización que tuvo que abandonar en octubre del 2015 cuando se inició su proceso judicial. Desde entonces, han pasado dos sesiones, la ordinaria de septiembre, y una extraordinaria para aprobar una modificación de crédito, sin que el político sanabrés ocupara su asiento.
Sin embargo, tras dar por finalizadas, según parece, sus vacaciones, este viernes Prada ha sido uno de los más madrugadores a la hora de situarse en su puesto habitual, en la esquina más cercana a la bancada reservada al público y a la prensa. De hecho, cuando ha hecho acto de presencia tan solo se encontraba en el Salón de Plenos el diputado de Ciudadanos, David Carrión, que ha sido el primero en saludar al alcalde de Rosinos.
A continuación, Prada ha estrechado la mano también de los populares Juan Dúo, José Luis Prieto Calderón y José Luis Bermúdez, que han saludado a su excompañero de partido de forma cortés, pero poco efusiva.
Sea como fuere, el político sanabrés ha actuado en el Pleno como viene haciendo desde octubre, sin mediar palabra y respetando la disciplina de voto del Partido Popular. Prada ha levantado la mano al unísono con los trece diputados del equipo de gobierno en todos los puntos del orden del día, antes de marcharse sin decir nada y sin dar pistas acerca de si ha reconsiderado su postura y tiene la intención de dimitir.