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El obispo de Zamora completa la primera etapa de su visita pastoral, que le ha llevado a 17 pueblos de la Diócesis

Fernando Valera expresa su “apoyo y cercanía” a cada comunidad cristiana de Sayago

El obispo de Zamora completa la primera etapa de su visita pastoral, que le ha llevado a 17 pueblos de la Diócesis

El obispo de Zamora acaba de completar la primera etapa de su visita pastoral a la Diócesis, que le ha llevado a 17 pueblos del arciprestazgo de Sayago, concretamente, Figueruela de Sayago, Viñuela, Alfaraz, Moraleja de Sayago, Mayalde, Tamame, Peñausende, Villamor de Cadozos, Piñuel, Escuadro, Mogátar, Carbellino, Torrefrades, Roelos, Salce, Fresno y Almeida de Sayago.

El obispo finalizó la primera parte de su visita pastoral en Almeida, una experiencia “rica y profunda” y que le ha llenado de alegría porque, tal y como ha dicho en estos días, la misión de la Iglesia es “llegar a todos, especialmente a aquellos que viven en lugares apartados y, a menudo, olvidados”. En las 17 parroquias visitadas Fernando Valera expresó “el apoyo y la cercanía” del obispo a cada una de las comunidades cristianas de Sayago, “un apoyo que es reflejo del mensaje evangélico de cuidado y atención a cada persona, especialmente a las más vulnerables”.

Monseñor Valera indicó en su homilía de hoy que, en una cultura como la actual, “lo único importante es sacar el máximo rendimiento por medio del esfuerzo y la actividad y vivir en lugares grandes y llenos de cosas” y apostilló: “Por eso, se nos hace tan extraña la parábola del grano de mostaza, en la que Jesús compara el reino de Dios con una semilla que crece por sí sola. Sin duda es importante el trabajo de siembra que realiza el labrador pero hay una fuerza vital que no se debe a su esfuerzo”.

En este sentido, el obispo de Zamora insistió en que “debemos experimentar la vida como regalo” porque, de esa forma, “podremos pasar por la vida dejándonos sorprender por la novedad de cada día”. 

Asimismo, hizo una invitación personal “al corazón” de cada uno de los fieles. “No te dejes seducir por lo grandioso ni abatir por lo pequeño. La fuerza del Evangelio no se mide por los criterios del mundo. En la escuela del discipulado, el cristiano lleva en su corazón la semilla del Reino”, aseguró.

Con esta visita a Almeida se cierra la primera parte de la visita pastoral a Sayago, en la que Fernando Valera ha sentido de cerca a estas gentes en las que la máxima evangélica cobra si cabe mayor fuerza: para Dios, los últimos serán los primeros. El próximo miércoles, 19 de junio, monseñor Valera  reanudará la visita por Sayago, en la unidad pastoral de Pereruela.

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