Las voces graves de los componentes del coro retumban en las paredes de la iglesia mientras los feligreses, como sucedía antes de los años 60, cuando el Concilio Vaticano II aprobó que las misas se recitasen en el idioma propio de cada lugar, escuchan con avidez los cánticos en latín y disfrutan de una tradición que estuvo a punto de perderse también en Andavías: "Isaías y Lucas la rescataron a mediados de los años 90 gracias a la ayuda del Padre Ursino y del Padre Teófilo", explica Isidro Prieto, el más antiguo de los miembros del coro.
Él mismo fue uno de los andavianos que quiso darle continuidad a la Misa Solemne aprovechando los conocimientos derivados de "la transmisión oral" y los textos que "se conservan de los misales antiguos". El ánimo que Isidro y sus compañeros recibieron por parte de sus paisanos y el apoyo brindado al proyecto por la Asociación 'Bajo Duero', con Miguel Manzano a la cabeza, hicieron el resto.
Sin embargo, la recuperación de esta Eucaristía especial no sólo tuvo eco en la localidad. A través de las gestiones realizadas por Bajo Duero, las andanzas del coro llegaron a oídos de expertos musicólogos en el extranjero, que decidieron darle la oportunidad a los cantores de Andavías de exportar su tradición a ciudades de Polonia, Francia o Portugal: "Nuestro recibimiento fue siempre muy positivo allá donde fuimos", recuerda Isidro Prieto.
En ese sentido, el miembro del coro 'Puer Natus' hace un llamamiento para que las nuevas generaciones de jóvenes del pueblo tomen la alternativa y comiencen a interesarse por una misa en latín que sólo se puede ver en Andavías dentro del contexto de la provincia: "Deseamos que se incorporen. Creemos que mantener esto merece la pena", reflexiona Isidro antes de dejar atrás la iglesia después de dar lustre, como es tradición en Año Nuevo, a este tesoro de la música sacra antigua.