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Medio Ambiente sitúa el estado de conservación del águila imperial, presente en Zamora, como “desfavorable inadecuado, con tendencia a ir mejorando"

Esta rapaz, en peligro de extinción, se encuentra asentada en las seis provincias de Castilla y León y supera el centenar de territorios ocupados

Un águila imperial en el Centro de Recuperación de Aves de la Junta de Castilla y León

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente sitúa el estado de conservación del águila imperial como “desfavorable inadecuado, con tendencia a ir mejorando”, según el seguimiento que elabora el departamento, que concluye que los parámetros relativos al tamaño de población, área de distribución, superficie y calidad del hábitat disponible se consideran “favorables”, pero las perspectivas futuras se siguen viendo con incertidumbre, al “persistir la incidencia de ciertas presiones y amenazas que podrían llegar a afectar al mantenimiento del estado de conversación de la especie”.

Esta simbólica rapaz, incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de peligro de extinción, se asienta en seis provincias de Castilla y León, con un mínimo de 103 territorios ocupados, lo que significa, en una especie tan territorial, que en la Comunidad perviven más de un centenar de parejas. De hecho, está presente, al menos, en 40 territorios den Segovia, 36 de Ávila, 22 de Valladolid, tres de Salamanca y uno de Zamora y Burgos. Además, el seguimiento de productividad en 93 parejas reproductoras arroja un índice de productividad de 1,51 pollos por pareja, lo que da un mínimo seguro de 140 crías voladas.

En cuanto a la edad de los reproductores se ha determinado en base al plumaje en 73 machos y 73 hembras. Es decir, que nueve de cada diez pollos llegaron a adultos. Se obtuvieron valores por encima del 90 por ciento en todas las provincias, excepto en Valladolid, que se quedaron en el 77,8 para los machos y el 66,7 por ciento para las hembras.

La especie sufrió una “rarefacción” que la llevó a mínimos históricos en los años 70. En los 90 se mantuvo en torno a la veintena de parejas, pero con alta mortalidad y baja productividad. El efecto de numerosas medidas de conservación propició una rápida recuperación y ya en 2005 se llegó a las 29 parejas; 49 en 2010; 74 en 2015 y más de un centenar en el último censo. Entre las herramientas utilizadas se encuentra la mejoría de las poblaciones de conejo y las actuaciones de conservación y minimización de sus principales amenazas (envenenamiento, la electrocución y colisión con líneas eléctricas o disparos), que la Junta lleva a cabo desde 1992.

En todo caso, Medio Ambiente llama la atención sobre situaciones que aún no están superadas y que podrían dar al traste con esta tendencia positiva. Solo hay que echar la vista varias semanas atrás y comprobar varios episodios de muertes masivas de diversas especies de rapaces, entre las que destaca la intoxicación de casi un centenar de buitres leonados, uno negro y un milano, 54 de ellos muertos, al consumir en junio unas carroñas de oveja en Monterrubio de Armuña (Salamanca), y cuyos estudios confirmaron la presencia de carbofurano, un pesticida de uso prohibido.

Si bien el águila imperial ibérica, especie endémica en la Península Ibérica, no es carroñera, la utilización de instrumentos que persigan su ataque pueden dirigirse igualmente mediante otras formas de alimentación.

En los años 90, la especie estaba recluida en las áreas montañosas del sureste, en las provincias de Ávila y Segovia. Su área de distribución se ha ampliado al ritmo de su crecimiento poblacional, comenzando una tendencia expansiva hacia el noroeste de la Comunidad. Ya en 2010, colonizó la provincia de Valladolid, alcanzando en el año 2015 su área de distribución a Salamanca, en la que mantiene actualmente tres territorios ocupados. En 2018 apareció la primera la pareja en Zamora y, al menos desde el año pasado, existe un territorio establecido en Burgos.

En el año de aprobación del Plan de Recuperación, 2003, se estimaba una población de 19 territorios ocupados de imperiales en Castilla y León. Uno de los objetivos marcados en el citado documento fue alcanzar la cifra de 24 territorios ocupados cuando concluyera el mismo en 2009. Sin embargo, esa cifra se logró al año siguiente de su puesta en marcha.

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