La historia de Vanesa Manzano y de Leo Apellániz es la historia de dos inconformistas, de dos personas que tras el cierre del negocio en el que trabajaban han decidido rebelarse y hacer frente a los dos enemigos más duros que tiene a día de hoy la provincia de Zamora: el coronavirus y la despoblación, y además, en uno de los sectores más castigados en la actualidad por la pandemia como es la hostelería.
Por eso, la apuesta de Manzano y Apellániz es reseñable. A partes iguales arriesgada y bucólica. Ambos vuelven a sus orígenes, al mundo rural, no solo como apuesta laboral sino también como modo de vida.
Hay que remontarse a principios de agosto para encontrar el prólogo de la historia. La céntrica tienda de Massimo Dutti, del gigante Inditex, decide cerrar su tienda de la calle Santa Clara en el centro de Zamora. Como siempre en estos casos, los trabajadores reciben opciones por parte de la firma para ser reubicados en destinos poco accesibles cuando tienes una vida más o menos ordenada y estable.
Así, Leo Apellániz, de 43 años y 20 en Massimo Dutti, y Vanesa Manzano, de 38 años y 14 en la empresa, se encuentran sin trabajo y con la duda de por dónde pasará su futuro laboral. Ambos están casados, sus parejas sí mantienen sus puestos de trabajo, y tienen hijos. Entonces surge la opción de coger la concesión del bar de Cañizo y no lo dudan.
“Somos compañeros y amigos desde hace mucho tiempo. Siempre lo habíamos comentado, que si alguna vez nos quedábamos sin trabajo podíamos montar juntos un bar. Leo es de Cañizo y se enteró de que la concesión del bar salía a concurso. Me lo planteó a últimos de agosto y decidimos concursar. Y en septiembre supimos que nos llevábamos la concesión”, explica Vanesa Manzano a zamora24horas.
Desde entonces, días de mucho trabajo para adaptar el bar a los tiempos actuales, diseñando un bar más moderno, accesible, atractivo y que cumple con el protocolo Covid. “Cuando le íbamos explicando a la gente nuestra idea recibimos reacciones de todo tipo, desde los que nos llamaban locos hasta los que nos lo han agradecido y nos han animado”, prosigue Manzano, que hace hincapié en la acogida que han tenido en el pueblo: “Están encantados. Durante la obra nos traían termos con café o comida para que descansáramos mientras estábamos con la reforma”.
Hay que apuntar que el Leyva, nuevo nombre del bar, no solamente ofrecerá el servicio habitual de un bar como bebidas, servicio de plancha o comida para llevar, sino que también revitalizará la localidad habilitando una zona para tienda e incluso panadería, gracias a la colaboración con el panadero de Villamayor de Campos. De esta forma, los vecinos del pueblo y de la comarca encontrarán múltiples servicios en esta localización (Plaza de España s/n, 49128, Cañizo).
Pero el giro de Vanesa Manzano y de Leo Apellániz no es solamente en el ámbito laboral, sino también en el modo de vida. Leo Apellániz se ha mudado de su casa en Zamora capital a Cañizo, con su mujer y su hijo de 9 años; mientras que Vanesa Manzano también ha dejado su casa en Morales del Vino para asentarse en su pueblo natal, Molacillos, junto a su marido y a sus dos hijos de 15 y 11 años.
En definitiva, un cambio de vida radical de estas dos familias zamoranas. Un cambio de vida que también recibirán de buen grado los vecinos no solo de Molacillos o Cañizo, sino de toda la comarca, porque en Cañizo tendrán un punto de encuentro con un bar adaptado a los nuevos tiempos, en una zona con buenas comunicaciones y con zonas verdes y deportivas en los aledaños. Un punto de encuentro que nace con un lema muy acorde a los tiempos: “La mejor red social es una mesa rodeada de tu gente de toda la vida”. Bienvenidos al Leyva.