El Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León (2016) resultaba definitivamente anulado a finales del año pasado, al consolidar el Auto del Supremo la Sentencia anterior del TSJCyL, por desestimación del Recurso de Casación interpuesto por la Junta. En este sentido, el consejero de Medio Ambiente Suárez Quiñones, explicaba este martes en Zamora que la situación es compleja.
Quiñones recordaba que al sur del Duero la situación siempre ha estado controlada para una coexistencia lo más equilibrada posible “sabiendo que siempre van a existir daños”. El problema llega al norte del Duero, donde el crecimiento de la población de la especie preocupa de manera seria a agricultores y ganaderos, como le han saber a Suárez Quiñones en las últimas reuniones mantenidas en la comarca de Sanabria.
Quiñones ha defendido que la caza es una actividad “ancestral, social, ecológica y económica”, aseverando que es ecológica porque es la forma de controlar la sostenibilidad con cupos en base a informes técnicos. “Con la sentencia que no es firme todavía se ha perdido la opción de este control, por lo que existe mucha preocupación en la sector de la agricultura y la ganadería. Por eso, desde la Junta estamos estudiando los caminos para hacer un control de oficio, y que sea la propia Junta la que en los terrenos de su titularidad haga un control de la especie, porque es un deber de la administración”, finalizaba.