¿Qué ha supuesto la cancelación de las actividades que estaban previstas para celebrar el Día de la Comarca en Sayago?
Es una pena. No queríamos que la tradición se perdiera un año y habíamos ideado un Día de la Comarca que iba a ser en la plaza de Agustín Carrascal de Bermillo de Sayago, porque estaba todo el protocolo establecido, y con apenas un par de actividades. Pero no ha podido ser. Seguramente hubiéramos conseguido la autorización de Sanidad para celebrarlas, pero es el momento de poner cordura a esto y nosotros tenemos que dar ejemplo de ello.
¿Cuándo se decidió?
Nos reunimos la noche de lunes, se levantó acta y se decidió dejar para el año que viene el homenaje a Jesús Villar, que se lo merece. La otra actividad prevista era el torneo de debate a través de la organización de Borja Vicente Blanco, de la Asociación de ciencias políticas y administración pública de la USAL. Si pudiera ser querríamos recuperarlo en navidades, pero veremos a ver cómo está la situación para entonces.
¿Ha sido una decisión difícil de tomar?
Ha sido un ejercicio de responsabilidad y pedimos responsabilidad a nuestros socios y a los usuarios de nuestros negocios. Todos debemos aportar y lo primero es cordura y respetar las medidas que el Ministerio y la Consejería han dado.
¿Qué supone a nivel personal esta suspensión del Día de la Comarca?
Para mí supone una pena mayor porque en febrero habrá elecciones y yo no me presentaré, porque ya son muchos años. De hecho, creo que no tenía que haber sido necesario que hubiera vuelto. En una asociación de veinte años, que una misma cara lleve diez al frente, me parece excesivo.
¿Qué futuro le augura a la asociación?
Le deseo lo mejor. Fui uno de los trece que creamos esta asociación el 25 de febrero de 2000. La asociación ha pasado por momentos mejores y peores. Los últimos fueron malos, no es cuestión de señalar, pero quizás en un momento determinado el punch que tenía o la forma de gestionar se vino abajo. Desgraciadamente, porque creo que no tenía que haber sido necesario, Jaime primero y yo después recuperamos el pulso de la asociación. Pero ahora tiene que venir gente con ganas. La asociación seguirá siendo ese elemento de intermediación para reclamar lo que entendemos que merecemos. Tiene futuro, pero no tiene futuro que en la asociación siempre estemos los mismos. Cuando los cargos se ostentan durante tantos años, parece que es el corralito de cuatro, y no debe ser así.
¿Qué alternativas hay?
Somos más de 90 socios y todos son válidos, porque son emprendedores, y sacarán adelante la asociación. Ahora tiene que venir gente nueva, caras jóvenes, las mujeres que también se implican, y creo que es el momento de que a nosotros nos tengan para pedirnos algún consejo para ayudar si lo necesitan por experiencia, pero nada más. Esto no es un camino de rosas, pero tienes la satisfacción de pelear por tu tierra y por tus empresas.
¿Cómo está la economía de Sayago a raíz de la irrupción del coronavirus?
Los más afectados son los hosteleros. Hemos tenido mucha gente desde abril en Sayago porque cuando se abrieron las puertas de Madrid los pueblos se llenaron. Los hosteleros han recuperado en julio y agosto porque las terrazas han estado llenas, pero han sufrido mucho. No nos engañamos, tras cuatro meses sin abrir, en 45 días no se recupera la situación. Distinta es la situación de los alojamientos de turismo rural según nuestros socios. La gente ha apostado por el turismo de interior y hay reservas hasta octubre. Pero la situación es mala en general.
A su juicio, ¿ya tenemos encima la crisis económica?
La crisis aún no ha llegado. Llegará a partir del 30 de septiembre que la gente se deja de mover. Las empresas pequeñas y las empresas del mundo rural están aún peor. Se han recuperado un poco pero las pérdidas son importantes. Después de las medidas del domingo la gente se ha marchado antes del pueblo porque temen que haya un estado de emergencia. Pintar, pinta muy mal. Las arcas están tocadas.