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La IGP Garbanzo de Fuentesaúco cambia sus condiciones para adaptarlas en unas nuevas sobre clima y producción

El Consejo Regulador de esta figura de calidad cumple con estos cambios con la reglamentación europea vigente y facilita a las empresas adheridas tanto la producción como el envasado y la comercialización.

El Garbanzo de Fuentesaúco desaparece "temporalmente" del mercado

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica hoy la resolución del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) que da continuidad al procedimiento y hace pública la solicitud de modificación del pliego de condiciones de la Indicación Geográfica Protegida Garbanzo de Fuentesaúco. Esta petición, acordada y presentada por el Pleno del Consejo Regulador de esta figura de calidad, busca adaptar la producción a las nuevas circunstancias y permitir la libre circulación de bienes, la libre prestación de servicios y cumplir con la reglamentación europea vigente.

Entre las modificaciones realizadas se encuentran las referidas a las características del producto. La horquilla del peso de 100 garbanzos secos se amplía ligeramente en el margen inferior, pasando de 40 a 35 gramos, un cambio que se debe a que la climatología actual es impredecible. Hay años de escasez de lluvias y altas temperaturas que hacen que la planta del garbanzo pase una situación de estrés que genera una reducción del calibre del garbanzo, provocando que el peso de 100 garbanzos no supere los 33 gramos. Está demostrado que el calibre no interfiere en ninguno de los parámetros organolépticos que definen al Garbanzo de Fuentesaúco. Al contrario, un calibre más pequeño, producido por condiciones climatológicas extremas, se traduce en una mayor capacidad hidratación, produciendo una mejora de los parámetros organolépticos.

Método de obtención

Respecto al método de obtención se han modificado determinados aspectos para incluir los suelos de textura ‘arenosa’; eliminar la baja relación carbono-nitrógeno de los suelos, parámetro que no se considera relevante en este tipo de suelos y no afecta a la calidad del cultivo; y modificar la dosis de siembra, bajando dicha dosis a 70 kilogramos por hectárea, debido a que la maquinaria existente en el mercado actual permite dosis de siembra inferiores sin provocar ningún perjuicio a la producción de garbanzo.

También se han eliminado los rendimientos de las parcelas que se encuentran entre los 600 y 800 kilogramos por hectárea ya que estas cantidades pueden variar en mayor o menor producción en función de las características climatológicas de la campaña agrícola.

Por último, se incluye el envasado de forma manual, con el fin de no poner restricciones a empresas pequeñas que deseen o necesiten hacer un envasado manual.

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