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Expertos piden mayor gestión del monte: "Hay fuegos que se pueden apagar 20 años antes de que se produzcan"

Colectivos ecologistas e ingenieros de montes abogan por una mayor gestión de los montes para reducir los incendios, que son cada vez más grandes e intensos por las condiciones meteorológicas adversas. "Hay incendios que se pueden apagar 20 años antes de que se produzcan", asegura Diana Colomina, de WWF.

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"La gestión reducirá los incendios, hay que cambiar la mentalidad, no puede ser que para hacer cualquier cosa en el monte se ponga cualquier tipo de traba", señala en declaraciones a Europa Press el vocal del Colegio de Ingenieros de Montes, Miguel Cabrera.

Según datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el fuego ha calcinado un total de 55.554,59 hectáreas de superficie en lo que va de 2019 (hasta el 28 de julio), casi cinco veces más que en el mismo periodo de 2018 y un 6,21% más que la media de la década (52.301,58 hectáreas). En cuanto a número de grandes incendios, en este año se han registrado por el momento nueve, frente al único registrado hace un año y los siete de media de la década.

Para Cabrera, estas cifras se deben a la sequía y a que "prácticamente no ha llovido nada en primavera", a lo que se suma el calor, que este año ha llegado pronto a la Península. "Se está juntando todo y, entonces, cualquier chispazo lo que provoca es la ignición de una superficie que se va a quemar muy rápidamente", señala el ingeniero.

Sin embargo, otro factor, según el ingeniero, es que el monte en España está "completamente abandonado", "el medio rural está vacío" y no está gestionado. "Ahora la superficie que se quema es menor que en los años 90, pero el número de grandes incendios se va incrementando un poco más", advierte.

Cabrera pone de ejemplo el incendio de La Granja (Segovia), que ha alcanzado el Parque de la Sierra de Guadarrama (Madrid) esta semana: "Se inició en un sitio donde había maleza, matorrales y arbolitos, y ha pasado a copa y se ha trasladado por las copas de montes que estaban bien gestionados; los montes gestionados solamente arden porque se inicia el fuego desde fuera".

Por ello, aboga por "gestionar todo" el monte, esto es, eliminar aquello que se puede convertir en combustible (hierbas, matorrales, arbustos o árboles debilitados), tal y como la haría la propia naturaleza pero en más tiempo. "Así, la masa restante vegeta en mejores condiciones, está más sana, y tiene menos necromasa, que contribuye a ser combustible para el fuego", explica el ingeniero, que además defiende que gestionando los montes bien hasta los animales son capaces de adaptarse.

Esta ausencia de gestión es la que provoca que "un solo zumbado" pueda provocar un incendio "mucho más gordo que hace unos años".

Un año muy seco y sin lluvias

También Greenpeace y WWF coinciden con el vocal del Colegio de Ingenieros de Montes en que este 2019 es especialmente siniestro en cuanto a incendios por la sequía y el calor, agravado por el cambio climático.

"Julio ha sido el mes más caluroso desde que hay registros, y la sequía está siendo comparable a 2017, año histórico en sequía, desde el 1 de enero estamos por debajo del promedio en lluvias, y las reservas están por debajo del 15% de 2018", recuerda Mónica Parilla, responsable de la campaña de incendios de Greenpeace.

Parrilla atribuye estas cifras a varios factores: un paisaje que se ha modificado con los cambios demográficos, el abandono del medio rural y de cultivos, falta de aprovechamiento de recursos forestales y la meteorología. "Tenemos un paisaje que es un auténtico polvorín", alerta Parrilla, que lo resume en "un cóctel de cosas". "No hay problemas de terrorismo ambiental ni incremento de la piromanía, las causas que propagan los incendios están agravadas", añade.

También Parrilla apuesta por gestionar el paisaje, a lo que añade una planificación urbanística que tenga en cuenta las zonas de riesgo de incendios, el establecimiento de planes preventivos, de planes de emergencia local y una mayor concienciación de la población.

Igualmente, Diana Colomina, del programa de bosques de WWF, coincide en que este 2019 el calor y la escasez de lluvias, frente a 2018 que fue un año "meteorológicamente muy suave", da explicación al aumento de incendios y de superficie quemada.

Sin embargo, "no se puede echar toda la culpa a la meteorología porque detrás de los incendios está la mano del hombre". "Si queremos ganar la lucha contra el fuego hay que cambiar la manera", dice Colomina, que también critica el abandono del medio rural y la ausencia de gestión forestal. "La solución pasa por poner en marcha medidas de prevención activa; hay incendios que se pueden apagar 20 años antes de que se produzcan", opina.

En contra del aumento de penas para autores

Preguntados sobre si reduciría el número de pirómanos un aumento de las penas por cometer delitos medioambientales como provocar un incendio, los tres son defensores de no hacerlo.

"Francamente no, ya están las penas tipificadas en el Código Penal", comenta Cabrera, que en todo caso se queja de que la mayoría de autores de un fuego intencionado no son identificados.

Por su parte, Parrilla tampoco considera que se deban aumentar las penas. "Desde 2009, con la Fiscalía de Medio Ambiente se ha mejorado muchísimo en cuanto a número de detenidos", celebra la experta de Greenpeace, aunque pide más presupuesto para las investigaciones para que esta cifra siga aumentando.

También Colomina, de WWF, exige poner el foco en incrementar los medios para identificar a los causantes de los incendios, que "no llegan al 10%". "Ya tenemos la estructura legal para que un incendiario tenga una condena ejemplarizante, el problema es que no se detiene a tantísima gente porque faltan medios, tanto económicos como humanos", concluye.

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