La Comisión de Desembalse de la cuenca del Duero se ha reunido esta mañana en sesión ordinaria, en la sede central de la Confederación Hidrográfica del Duero, en Valladolid, para valorar el reciente cierre de la campaña de riego. Actualmente, todos los embalses de la cuenca cuentan con reservas superiores al 40%. En conjunto, se dispone, como dato de partida, de más de 200 hm3 por encima del comienzo del mejor año hidrológico, considerando los últimos seis años. Todo ello, teniendo en cuenta que se ha flexibilizado el final de la campaña de riego hasta el 15 de octubre.
Al comienzo de la campaña de riego (abril), las reservas alcanzaban el 73,5% de la capacidad de embalse, si bien, este valor siguió incrementándose hasta la segunda quincena del mes de junio. Una fecha en la que se alcanzó el máximo volumen de agua almacenada en el sistema de embalses gestionado por el Estado (2.676 hm3, el 93%), momento en el que, con carácter general, se comenzó a desembalsar con destino a regadío. Estas circunstancias tan favorables han permitido desarrollar sin incidentes la campaña de riego y terminar la misma, en la totalidad de los embalses, por encima de la Reserva de Agua que se estableció en la última Comisión de Desembalse.
Por otra parte, las circunstancias de octubre, con escasas precipitaciones, han determinado que las reservas de agua en los embalses se hayan reducido este mes en cerca de 100 hectómetros cúbicos.La Comisión de Desembalse ha aprobado también la propuesta de llenado de los embalses para el año hidrológico 2017-2018, que no introduce novedades con respecto al año anterior.
Se mantiene, por tanto, la propuesta de 2016 en la que se introdujeron diversas modificaciones a partir de la experiencia acumulada en años anteriores. En este sentido, dicho año se aumentaron ligeramente los resguardos en los sistemas Carrión y Órbigo, teniendo en cuenta que la primavera alcanza hasta el mes de mayo. En cambio, se redujo el resguardo en Cogotas de 15 a 10 hectómetros cúbicos, en presencia de nieve en los meses de marzo y abril. En cuanto al caudal máximo a desembalsar, en aquella ocasión se redujo el caudal de alarma o de máximo desembalse en algún caso.
A tenor de las circunstancias favorables de este año, en caso de que el otoño - invierno fuera normal en cuanto a precipitaciones, se podría aprovechar para generar caudales de avenida en algún momento en ciertas presas, de forma que se atendiera la petición de contribuir a la limpieza de los fondos de los ríos establecida en el Plan Hidrológico. De la misma forma, se aprovecharía para contrastar la validez de los caudales de alarma o máximos de desembalse que se incluyen en la presente propuesta, atendiendo a sus efectos sobre la población.
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