Montamarta se ha despertado con el sonido de los cencerros de su tradicional Zangarrón de Año Nuevo. Diez jóvenes chicas de la localidad han madrugado para que la tradición no se perdiese y han realizado un simulacro de la mascarada de invierno, guardando las oportunas distancias y en unas calles completamente vacías. Mientras, los vecinos escuchaban los sonidos de los cencerros y se emocionaban recordando anteriores mascaradas, en la «antigua normalidad», cuando todo el pueblo se echa a la calle, acompaña las carreras del zangarrón y es azotado con su tridente.
Sin quinto ni demonio, tan sólo con los cencerros bien atados en sus cinturas, las diez jóvenes y José Ramón, el mozo que viste al Zangarrón, quien tomó el relevo del señor Tano, han recordado que la tradición sigue viva y que no hay pandemia que silencie los sonidos del zangarrón o que tumbe la tradición más querida y conocida de Montamarta, que también saca a su Zangarrón en la mañana de Reyes.
Texto y fotos: Hosteleriaenzamora