El Centro de Recepción de Fauna (CRF) de Villaralbo, dependiente de la Junta de Castilla y León, registró un total de 181 ingresos en 2018, de los cuales 135 fueron aves, 44 mamíferos y dos reptiles. La tasa de animales recuperados y posteriormente devueltos al medio natural durante dicho periodo alcanzó el 53%, gracias las labores de los trabajadores del centro. Esta cifra está en consonancia con la media de otras entidades similares, ya que la fauna salvaje tiende a huir de los seres humanos y únicamente permite el acercamiento cuando sus lesiones o estado fisiológico es extremadamente grave, algo que dificulta su posterior recuperación.
Una cuarta parte de la fauna que ingresó en el CRF el pasado año fueron aves comunes en el entorno de la provincia como cigüeñas (21), vencejos (13) o cernícalos comunes (10). Asimismo, los profesionales del CRF atendieron a tres milanos reales, especie catalogada ‘En peligro de extinción’, así como a otras especies catalogadas como ‘Vulnerables’ —un águila perdicera, un alimoche o tres aguiluchos cenizos—.
Por otra parte, a 31 de julio del presente año ya se habían registrado 121 entradas, cifra que supone un 21 % más que en el mismo periodo de 2018. Nuevamente cigüeñas, cernícalos y vencejos, junto con los busardos ratoneros, son las especies más frecuentes.
Más del 60 % de las entregas de animales al centro fueron realizadas por agentes de autoridad (agentes y celadores medioambientales, Seprona, Policía,…), que normalmente acuden al aviso de particulares que encuentran al animal accidentado.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente y la Fundación Patrimonio Natural, entidad que tiene encomendada la gestión del Centro, agradecen el esfuerzo de los trabajadores y de aquellos particulares y agentes de la autoridad que avisan y trasladan a los animales accidentados al Centro de Recepción de Fauna de Villaralbo. Destacar que el 32 % de la fauna atendida el pasado año llegó entre los meses de julio y agosto, periodo que coincide con la emancipación de los polluelos, por lo que es habitual encontrar muchos accidentados o debilitados debido a su inexperiencia en el vuelo o en la búsqueda de alimento. De hecho, el 29% de los ingresos registrados en 2018 se correspondió con pollos que recientemente acababan de abandonar el nido.
Por último, uno de cada cuatro animales atendidos en el CRF llegó por traumatismos diversos provocados frecuentemente por golpes contra cables, vallas u otros elementos del medio. Los casos atribuibles a una posible intoxicación, disparo, electrocución o atropello se situaron por debajo del 8%.