Como cada 9 de enero, la provincia de Zamora, en especial la comarca de Sanabria, recuerda a las 144 víctimas de la Catástrofe de Ribadelago. Hace hoy 59 años, la presa de Vega de Tera se rompió arrojando sobre esta localidad un torrente de agua que arrasó con todo lo que se cruzó a su paso.
Se calcula que sobrevivieron cerca de 500 vecinos de Ribadelago, muchos de ellos a duras penas, sin ayuda, ya que los primeros auxilios externos no llegaron a la localidad hasta la mañana siguiente. La fuerza del agua, que descendió los ocho kilómetros que separaban la presa del pueblo a toda velocidad, se llevó a 144 personas; los cuerpos de 116 de esas víctimas jamás fueron recuperados. Muchos yacen desde entonces en el fondo del Lago de Sanabria.
Las instantáneas tomadas a la mañana siguiente hablan de un desastre de magnitudes desproporcionadas, quizá el mayor que dejó el siglo XX en la provincia de Zamora. La destrucción del pueblo fue tan evidente que tuvo que construirse otra localidad a unos kilómetros para dar refugio a los supervivientes. Entonces, se llamó Ribadelago de Franco; ahora es conocida como Ribadelago Nuevo y constituye un atractivo turístico importante por su proximidad a las playas del Lago.
En el pueblo viejo aún viven varias decenas de personas. Incluso, alguno que fue superviviente y que, a buen seguro, habrá recordado que, en una noche como la de hoy, hace 59 años, se le vino el mundo encima.
La Catástrofe de Ribadelago sigue recordándose 59 años después
Entre las doce de la noche y la una de la madrugada de la noche del jueves 8 al viernes 9 de enero de 1959, la presa de Vega de Tera reventó y un torrente de ocho millones de metros cúbicos de agua se precipitó en dirección a la localidad sanabresa de Ribadelago. En apenas veinte minutos, el pueblo quedó inundado y prácticamente destruido. Murieron 144 personas; se recuperaron tan solo 28 cadáveres.
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