En la madrugada del viernes para el sábado, concretamente a las 02.00 horas, Daniel Boyano emprendía una nueva aventura caminando con el fin de reducir las emisiones de CO2 y su posterior impacto en el planeta. Una hazaña que realizaba desde Zamora hasta Sanabria en casi 26 horas y cuya acción trató de mostrar que todos, aportando nuestro pequeño granito de arena, podemos hacer de este mundo un lugar mejor para vivir.
“La idea, en realidad, la tenía desde hace tiempo y como he realizado varias veces itinerarios, como Braganza-Peña Trevinca y Sanabria-Santiago de Compostela, me decanté por este recorrido, que hago habitualmente en transporte público y alguna vez en coche”, expresa Daniel.
“La idea principal es que sirva como una llamada de atención para reducirlas y hacerlo caminando, que al final es una de las estrategias a seguir para contaminar menos” - Daniel Boyano.
Un trayecto que tiene por objetivo conmemorar lo que se celebraba este domingo, 28 de enero, con el Día Mundial Por la Reducción de las Emisiones de CO2: “La idea principal es que sirva como una llamada de atención para reducirlas y hacerlo caminando, que al final es una de las estrategias a seguir para contaminar menos”, afirma.
A las 2.00 del sábado partía desde Zamora hasta Sanabria, concretamente a Puebla de Sanabria, donde llegaría la noche del domingo a eso de las 04.00 horas de la mañana. Un camino que, redondeando, se hizo en 26 horas y donde prácticamente no paró: “Al no haber grandes pendientes, se hace muy cómodo. Quizá se hace duro por el número de horas, pero como ya lo he realizado en varias ocasiones, no se hace muy pesado”, afianza.
Alrededor de tres veces, y durante cinco y diez minutos, paró para cargar agua y seguir con una peregrinación en la que la N-631 y la N-525 y pueblos como Montamarta, Moreruela de Tábara, Ferreras de Abajo y Mombuey han sido partícipes de estos 111 kilómetros de recorrido.
Y en mente, más rutas: “Solemos hacer otra por el Día del Medio Ambiente, que es la que va desde Braganza hasta la montaña de Peña Trevinca. Yo la he hecho solo, pero a veces me acompaña alguna persona e invito a que vengan todas las personas que quieran”, señala.
Una hazaña de más de 25 horas que siempre quedará en la memoria de Daniel y cuyo mensaje es seguir siendo conscientes del impacto de estas emisiones, reducir el uso del coche, practicar una movilidad sostenible, aumentar nuestra eficiencia energética y reclamar más implicación institucional, entre otras, en la lucha contra el cambio climático.