Los habitantes de la localidad zamorana de Boya, en plena Sierra de la Culebra, se congregaban este pasado sábado para celebrar la fiesta de San Blas, obispo y mártir, en la ermita de la que es titular, situada junto a la carretera ZA-912 entre Mahíde (municipio al que pertenece Boya) y Villardeciervos.
Por primera vez desde que se desató la pandemia del COVID-19 los fieles pudieron sacar en procesión las andas con la imagen del propio San Blas, además de los santos mártires Fabián y Sebastián, cuya fiesta se celebró en la localidad dos semanas atrás. Una treintena de personas que los acompañaron al son del cantar tradicional: “Glorioso mártir San Blas, / consuelo de los mortales, / por tu glorioso martirio / líbranos de enfermedades”.
A continuación, ingresaron en el templo para celebrar la Misa festiva. Misa y procesión que fueron presididas por el cura encargado de Boya, Marcelino Gutiérrez, que es párroco de Mahíde y otros pueblos de la zona. Cabe destacar que la parroquia de Boya pertenece eclesiásticamente a Astorga, pero este sacerdote lleva varias décadas atendiendo, junto a sus pueblos de Zamora, éste de la diócesis asturicense.
La jornada en honor de San Blas no podía terminar sin un vermú con el que los vecinos pudieron seguir disfrutando de la convivencia y el día soleado. Es tradición que en este pueblo se celebren tanto la fiesta de este santo como la de San Fabián y San Sebastián en los sábados más cercanos a sus fiestas litúrgicas correspondientes (20 de enero y 3 de febrero).
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