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Baño de masas y de 'selfis'

Baño de masas y de 'selfis'

Hace nueve años, Mariano Rajoy visitó Benavente. Era el lejano 2006 y el entonces líder de la oposición se vio obligado a dar su discurso desde lo alto de un banco público. Nostálgico, este martes, el presidente del Gobierno, que pretende volver a serlo a partir del 20 de diciembre, ha escogido el mismo lugar: un asiento de color verde, al pie de un jardín, y en pleno Paseo de la Mota. 

Muchas cosas han cambiado de un mitin a otro, pero una de ellas ha afectado especialmente a Rajoy: el nacimiento de los 'selfis'. El presidente ha pasado de saludar cara a cara a sus seguidores a ver cómo la mayor parte de ellos - sobre todo los más jóvenes - se pone de espaldas, saca su smartphone mientras los responsables de seguridad le miran con recelo, y le ataca con el flash. 

El presidente ha respondido con paciencia, sonrisas y buen humor. No en vano, el recibimiento de Benavente ha sido cariñoso y benévolo. Ni un mal gesto, ni una mala palabra, ni un contrincante político infiltrado entre sus votantes. Rajoy ha hablado desde el banco, escoltado por Maíllo y Dúo y observado bien de cerca por la plana mayor de su partido en Zamora, que le ha apoyado y le ha dado su beneplácito de cara a la compleja batalla electoral que se avecina.

Tampoco han faltado los espontáneos: "Hay que echarle cojones", saltó uno, mientras Maíllo pedía calma a la derecha del presidente. Mariano Rajoy, nada descortés con el paisano, pero siempre correcto, recogió el guante: "Esa es la clave de la jugada: hay que tener determinación". Alguna mujer de avanzada edad también le recordó su atractivo físico, un halago que el gallego recibió con una sonrisa y con miradas de complicidad.

Al final del discurso, llegó la marabunta. Rajoy salió al paseo y la gente se agolpó en torno a él. Demasiada intensidad para tan poco espacio. En pocos Consejos de Ministros se habrá visto tan agobiado el presidente como en la caminata por Benavente. La mencionada lluvia de 'selfis' y los saludos se hicieron eternos, y los niños y niñas, ateridos de frío, le gritaban para que se acercara cuanto antes y sus padres les dejaran irse a casa.

Al final, con el asunto un poco más despejado, Rajoy pudo hacerse la foto en Santa María de Azoague, junto a los miembros de su partido, antes de meterse en el coche para poner rumbo al siguiente destino. Aún quedan 19 días para las Elecciones. Y muchos actos. Y muchos 'selfis'.

 

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