El pasado 16 de agosto terminó la programación de lo que ha sido "un gran verano cultural en Vezdemarbán: ¡nunca un mes y medio de intenso trabajo y coordinación nos había dado tanto placer como este! El público infantil y juvenil entretenidísimo aprendiendo y jugando, el adulto deleitándose organizando y participando, y el pueblo entero exultante de jolgorio", aseguran sus organizadores. .
La organización ha corrido a cargo de la propia Asociación El Caño, pero el contenido y el sentido de la programación "ha sido un regalo de los establecimientos y comercios del pueblo, así como de muchos vecinos y vecinas dispuestas a pagar con su mejor moneda de cambio: tiempo para las personas que queremos".
Éste verano, tal y como aseguran los organizadores, ha dado la oportunidad de salir de la rutina del día a día para ponerse en el papel de maestros ya que han sido los propios dinamizadores de las actividades y también de aprendices por las muchas experiencias y enseñanzas que les ha dejado este verano.
Talleres de bollos, panadería, cocina, cócteles infantiles, astronomía, cine, yoga, cosmética natural, juegos y gymkhanas, noches de acampada, cata de vino, excursiones, charlas…y la guinda final con el ya mítico teatro y baile de zumba. Cada persona ha aportado pequeñas cosas que, unidas, han formado algo grande y aseguran que "eso resulta inolvidable".
La asociación El Caño reitera que ha sido un verano “Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como”. Puesto que esta vez sin organizadores ni dependencias externas, sólo con sus decisiones, han logrado autogestionarse y redirigir lo individual hacia lo colectivo.