La Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, ha invertido un total de 540.606,54 euros para la realización del proyecto de infraestructura rural en la zona de concentración parcelaria del municipio zamorano de Viñas de Aliste, y cuya cantidad está destinada a una nueva red de caminos de 81 kilómetros de extensión. La superficie concentrada por las obras es de 1.534 hectáreas y los trabajos se han llevado a cabo en dos fases: una primera entre 2017 y 2018 con una inversión de 221.410,54 euros y la segunda en el periodo 2019-2020 con un presupuesto de 319.196 euros.
Esta concentración parcelaria en Viñas de Aliste afecta a 471 propietarios, y en relación al número de parcelas, se produce un descenso considerable, ya que se pasa de 8.804 fincas hasta las 1.428 que quedan tras la realización del proyecto. Tras la concentración de los terrenos habrá tres fincas por propietario. Antes de la reforma, el baremo ascendía hasta las 18 parcelas por dueño.
Por otro lado, también señalar que la superficie media de cada parcela aumenta bastante, debido a que antes de los trabajos los terrenos del municipio tenían, de media, 0,17 hectáreas. Sin embargo, próximamente dichos terrenos alcanzarán las 1,05 ha.
La concentración parcelaria es un proceso a través del cual se reestructura y se agrupa la propiedad rústica de un determinado municipio, donde se crean nuevas infraestructuras viarias de servicio a las nuevas fincas. También se llevan a cabo trabajos de mejoras como desagües, saneamientos, regadíos y eliminación de accidentes naturales y artificiales.
La Junta de Castilla y León es consciente de la necesidad de seguir avanzando en aquellas zonas que faltan y potenciando reconcentraciones donde sea necesario. Por ese motivo, trabaja con los propietarios de dichos terrenos en este tipo de iniciativas con el objetivo de mejorar todas aquellas explotaciones que les proporcionen pérdidas económicas, facilitar la atención de los terrenos o permitir un mayor acceso a las mismas al crear una nueva red de caminos. Estas actuaciones son bastante eficaces para fomentar la actividad y el empleo y constituyen una herramienta contrastada de lucha contra el despoblamiento y los desequilibrios territoriales.
La concentración parcelaria proporciona múltiples beneficios como el incremento de la productividad y competitividad al corregir desequilibrios, las explotaciones generan una mayor rentabilidad al ser más eficientes, los dueños pueden diversificar producciones, la maquinaria aumento su eficacia, así como su vida útil, la comunicación en el mundo rural mejora y se multiplican las funciones y los usos potenciales del suelo rústico. Asimismo, este proceso también tiene un impacto socioeconómico, ya que se potencia la industria agroalimentaria mejorando el nivel de vida de agricultores y se atrae a jóvenes a la producción agraria.