Zamora es uno de los 200 Ayuntamientos acogidos al informe Huella de Carbono. En este, se estudian las emisiones de gases que propician el cambio climático a nivel local. En este caso, la capital de la provincia generó 6.124 toneladas equivalentes de carbono a lo largo de 2017.
El informe divide las emisiones en dos tipos: las directas, conocidas como ‘alcance 1’, y las indirectas, el ‘alcance 2’. Dentro de las primeras, fue el Ayuntamiento y sus dependencias fueron los que generaron más, con un 58%, seguido de la empresa municipal de aparcamientos, que emitió el 20%, y el servicio de limpieza, con un 18%.
Para conseguir que se genere menos dióxido de carbono y otros gases, una de las soluciones es mejorar las calefacciones para que sean instalaciones fijas. En el caso de los transportes, bien sean los autobuses, los vehículos de limpieza o los de los servicios municipales, la solución es convertirlos a híbridos. Con todas estas recomendaciones, las emisiones podrían bajar al ochenta por ciento de las actuales. Por otra parte, para que haya un descenso en las de alcance 2, se debe reducir el consumo eléctrico, o conseguir que éste tenga garantía de origen, es decir, que provenga de fuentes renovables. Otras de las posibles medidas son la reforestación o el seguimiento de las emisiones.
El concejal de Medioambiente, Romualdo Fernández, aseguraba que el cambio climático “es el primer problema de la humanidad”, por lo que el Ayuntamiento de Zamora se ha acogido al llamado ‘Pacto de los alcaldes”, que permite que el consistorio forme parte de organismos públicos nacionales e internacionales que pretenden reducir las emisiones.
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