La ciudad de Zamora vivía un Miércoles Santo marcado por el silencio. Un aspecto propio de este día, pero que en este 2020 no vino de la mano de sus desfiles procesionales si no del aislamiento de la cuarentena social. Pese a ello, la noche cayó en la ciudad y las Capas Pardas, aunque no en las calles, sí estuvieron presentes en el corazón de los zamoranos.
El Miserere Alistano pudo oírse en varios puntos de la ciudad una vez llegada la noche y este fue el caso de la calle Florian Docampo:
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