Nacional

Precintan un gimnasio abierto y un local de ultramarinos que funcionaba como bar y punto de venta de droga

Agentes de la Guardia Civil han precintado en Torrevieja (Alicante) un gimnasio que al parecer continuaba su actividad a pesar de las medidas del estado de alarma y un comercio de ultramarinos que funcionaba como bar y donde presuntamente se vendía además droga.

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Así, a raíz de estas dos investigaciones, han detenido a una mujer de 18 años como presunta autora de un delito de tráfico de drogas y, por otro lado, se investiga a un hombre de 40 por un presunto delito de desobediencia grave a la autoridad, por tener abierto al público un gimnasio, ha detallado la Benemérita en un comunicado.

Los hechos ocurrieron cuando agentes del Puesto de Torrevieja realizaban inspecciones para velar el cumplimiento del estado de alarma. Una de las inspecciones se hizo en un local que, bajo la apariencia de comercio de ultramarinos, estaba supuestamente ejerciendo funciones de bar. De hecho, en el momento de la llegada de los agentes, se estaba sirviendo comida a un cliente.

Ante el nerviosismo de la dependienta, los guardias civiles decidieron realizar un registro y en la cocina hallaron diez dosis de cocaína, 45 blísteres de viagra, diversos libros donde se anotaba la contabilidad de la droga, 1.358 euros en efectivo, sustancia para el corte y los DNI de compradores depositados como fianza para el pago.

La mujer fue detenida por un presunto delito de tráfico de drogas y el local acabó precintado.

Un gimnasio abierto durante el confinamiento

También en Torrevieja, se ha investigado a un hombre, español de 40 años, por un presunto delito de desobediencia grave, al haber mantenido la actividad de su gimnasio.

Desde el pasado 20 de marzo, agentes de la Guardia Civil han estado investigando la posibilidad de que un gimnasio de Torrevieja (Alicante) estuviera dando servicio a sus clientes, a puerta cerrada.

Tras diversas vigilancias realizadas durante dos semanas, iniciadas por las quejas de los vecinos, se constató que al parecer gente con bolsas y ropa de deporte entraba en ese establecimiento y permanecía allí cerca de una hora. La persiana estaba siempre cerrada, pero entre ellos existía un código que les permitía acceder tras golpear la persiana.

Cuando la Guardia Civil accedió al interior, observó que los clientes no portaban ningún tipo de medida de seguridad sanitaria, como guantes o mascarillas, y que presuntamente habían incumplido las medidas de confinamiento.

El propietario del centro deportivo fue investigado como presunto autor de un delito de desobediencia grave y se procedió al precinto del local.

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