"A los sanitarios nos da mucho miedo que se esté acelerando el proceso de desescalada y que las personas se estén relajando frente a la prevención del coronavirus porque si hubiera un rebrote no estaríamos preparados. Estamos extenuados, necesitamos desconectar".
Así lo asegura en una entrevista con Infosalus el médico intensivista Gabriel Heras, y miembro de la UCI donde se diagnosticó el primer caso grave de coronavirus en España, quien celebra eso sí que, si se avecina una próxima oleada de contagios como aventuran, se estará también mejor preparado porque ya se cuenta con la experiencia acumulada, antes se partía de cero, y ahora se conoce más la enfermedad, aparte de que porque desde las sociedades científicas se está trabajando en planificar todos aquellos recursos materiales y humanos que podrían ser necesarios en caso de una nueva oleada de COVID.
"Pero si mañana empezáramos de cero, los sanitarios estamos súper cansados. Ha sido horrible esto, y mucho profesional sanitario dice que cuando pase un poco todo esto se replanteará su vida profesional", resalta Heras, con motivo de la publicación de 'En primera línea' (Península), un libro en el que cuenta su vivencia personal en 'primera línea de batalla' contra el COVID-19 desde una UCI madrileña. Y es que, según confiesa, esta pandemia ha supuesto una "experiencia traumática" para los profesionales sanitarios.
Primero, por el carácter excepcional de la misma, pero también por la cantidad de pacientes que se han tenido que atender en unas condiciones que no se tienen habitualmente, según lamenta. "Ha habido una gestión basada en el miedo que ha hecho que las familias se queden fuera, que los pacientes estén aislados y los sanitarios hayan trabajado en espacios que no son los habituales y con el miedo de caer también enfermos y de contagiar a amigos y familiares", manifiesta el intensivista.
¿HUMANIZAR UNA UCI?
Por eso remarca la importancia de la Sanidad para la sociedad, y sobre todo de humanizarla; un aspecto sobre el que trabaja desde hace 6 años con el 'Proyecto HU-CI', cuyo objetivo es humanizar los cuidados intensivos formando a los sanitarios en la empatía hacia el paciente y sus familiares y cuyos avances "ha echado por tierra COVID-19 en estos meses de pandemia".
Heras ha sido uno de los miles de sanitarios que se han contagiado trabajando en la Comunidad de Madrid y ha aprovechado su baja médica para escribir este libro en el que refuerza esta necesidad de humanizar la Sanidad, después de que durante el desarrollo de la pandemia, por ejemplo, no se haya podido asegurar el bienestar de los pacientes al obligarlos a estar aislados durante el ingreso hospitalario o el contagio.
Además, lamenta que también se ha puesto en evidencia la necesidad del cuidado del cuidador, imprescindible en esa humanización de la Sanidad, y si se quieren obtener buenos resultados en ese cuidado. "Claramente" dice que éste siempre ha sido denostado desde las administraciones, con contratos inestables, sueldos bajos, falta de plazas fijas, y sin los ratios adecuados. "Ahora mucho menos con la pandemia", sostiene.
Pero a su juicio, lo más doloroso de todo ha sido el proceso de morir, que "ha sido un desastre" y muchos pacientes han muerto en soledad. "Esto no puede volver a pasar. En UCI como la mía no queremos que nadie muera solo y, en casos excepcionales, se les ha facilitado a las familias el equipo de protección individual y así han estado con ellos, pero en la mayor parte de sitios no ha habido visitas flexibles, ni la gente ha podido despedirse", subraya Heras, resaltando que debemos reflexionar sobre la sociedad que queremos porque "el COVID-19 no nos puede quitar la humanidad".
Con ello, el médico intensivista sostiene que de la vivencia de esta pandemia podemos aprender varias cosas: "Que no teníamos el mejor sistema sanitario, y que sí podemos contar con el compromiso de los sanitarios que se han dejado la piel y la vida. Que humanizar la Sanidad es ahora o nunca y ahora nadie va a poder mirar a otro lado. Que la Sanidad y la Educación son los pilares del Estado de bienestar y no se puede recortar, hay que invertir en ellos. A países como Alemania les ha ido mejor en esta pandemia porque no han recortado en Sanidad".
Es más, el médico intensivista advierte de que el COVID no entiende de ideologías y puede afectarnos a cualquiera, por eso cree firmemente que las decisiones sanitarias se deben tomar en el largo plazo, y éstas deben depender de sanitarios, y no de políticos. "No puede ser que la atención que recibas dependa de tu código postal, y en Madrid, Cataluña, Castilla y León, y Castilla-La Mancha haya sido un desastre, cuando ha habido otras comunidades autónomas con pocos casos. Si el Gobierno hubiera dirigido todo desde un mando único se hubieran desplazado recursos, pacientes, material, profesionales, y hubiera sido diferente", considera.
LOS PRINCIPALES ERRORES
El impulsor del Proyecto HU-CI indica que entre los principales errores que ha cometido España con la pandemia se encuentra el que no se ha estado atento lo suficiente a lo que nos decían desde China, donde todo empezó a finales de diciembre. "Teníamos dos meses para prepararnos, pero estábamos más entretenidos riéndonos de cómo construían un hospital en poco tiempo", comenta.
Asimismo, cree que se tendrían que haber "confinado de verdad" las zonas conflictivas y antes, y había que haber hecho la detección masiva de test, "como así lo ha aconsejado la OMS constantemente" ya que es "una enfermedad invisible" y si no detectas a los asintomáticos "no vas a poder controlarla". "La clave es que se ha gestionado todo desde el egoísmo, desde estar cada uno bien, y su familia, y no se ha pensado en el interés general. Hay otros países con cultura colaborativa y altruista como Japón que les ha ido mejor por esto mismo. Para próximas pandemias hay que importar el bien común y no el propio", advierte el médico especialista en Medicina Intensiva.
En última instancia, invita a quien incumpla las normas el que hable con la familia de un paciente que ha muerto por coronavirus. "Los sanitarios nos hemos jugado la piel y la vida y la gente hace un poco la desescalada incumpliendo las normas. A estos les invitaría a que vinieran a ver a un paciente crítico al hospital, o a que hablaran con una persona que ha perdido con el coronavirus a un ser querido para que vea que esto no es una broma. Hemos pasado mucho miedo, y también nuestras familias. A partir de ahora debemos remar todos juntos, buscar el bien común, y que cada uno cumpla con su parte. A pesar de este esfuerzo sobrehumano, aún no ha acabado la carrera", sentencia Gabriel Heras.