Las actividades delictivas casi siempre ocurren fuera del hogar y sin la supervisión de un adulto, por lo que es natural que los padres culpen a los compañeros por el mal comportamiento de sus hijos y, a menudo, muchos padres también suponen que pueden prevenir problemas futuros limitando el contacto con compañeros sospechosos, pero ahora un estudio de la Universidad Atlántica de Floridad (EEUU) ha advertido de que esta actitud solo empeora el comportamiento de los niños.
Los resultados del nuevo estudio longitudinal sobre jóvenes de escuela secundaria, publicado en 'The Journal of Child Psychology and Psychiatry', indican que la desaprobación materna de los amigos en respuesta a los problemas de conducta del niño daña la posición del niño entre sus pares, lo que exacerba los problemas de conducta que la prohibición de amigos originalmente pretendía prevenir.
El estudio comparó distintas formas de respuesta de los compañeros de clase a la interferencia de la amistad materna. Los resultados sugieren que la desaprobación materna de los amigos tiene más probabilidades de provocar un rechazo activo de los compañeros de clase, en lugar de simplemente reducir el número de compañeros de clase que disfrutan de la compañía del niño.
Los investigadores sugieren que otra posibilidad es que las madres realmente logren interrumpir una amistad. "Imaginemos esta situación: una amistad termina porque la madre se lo prohíbe. Ahora el niño necesita un nuevo amigo. ¿Quién quiere ser amigo de alguien que tiene una madre desagradable y entrometida?"
Hacerse amigo de niños con problemas de conducta los somete a presiones para que se adapten a la conducta disruptiva que las madres intentan desalentar. Además, la pérdida de la condición de iguales aumenta el riesgo de problemas de conducta porque aumenta la angustia y pone a prueba los mecanismos de afrontamiento.
"Los padres deberían considerar alternativas positivas a la prohibición de tener amigos. Concéntrese en mantener relaciones positivas con los niños, porque el calor y el apoyo pueden ser amortiguadores eficaces contra la presión de grupo problemática, lo que podría interrumpir la espiral descendente de problemas con los compañeros y dificultades de adaptación", apuntan.