Los estímulos que incitan a los adictos al alcohol a volver a beber pierden su efecto a los seis meses de abstinencia

Algunos de los estímulos más frecuentes son lugares, como el parque o el bar, donde el paciente solía beber u olores como los de algunas bebidas o los de esos lugares

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 Bebiendo alcohol en una mesa
Bebiendo alcohol en una mesa

Los estímulos que incitan a los adictos al alcohol a volver a beber pierden su efecto a los seis meses de abstinencia, según ha revelado un estudio liderado por investigadoras del Hospital 12 de Octubre y de la Universidad Complutense de Madrid, cuyas conclusiones recoge 'Addictive Behaviors'.

Esta tendencia a dirigir la atención a estímulos relacionados con el alcohol se denomina sesgo atencional. Algunos de los estímulos más frecuentes son lugares, como el parque o el bar, donde el paciente solía beber, u olores como los de algunas bebidas o los de esos lugares.

"El sesgo atencional es un factor de riesgo para la recaída, ya que el individuo se siente constantemente atraído hacia esas señales, lo que puede activar pensamientos de consumo y deseos intensos. Su reducción puede ser una meta terapéutica importante en programas hospitalarios", ha destacado Berta Escudero, investigadora del Departamento de Psicobiología y Metodología en Ciencias del Comportamiento de la UCM y del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre i+12.

Para llevar a cabo este estudio, se reclutaron 33 pacientes del programa de deshabituación al alcohol del Hospital 12 de Octubre y 43 controles de la población general. Todos ellos fueron evaluados en dos momentos: entre uno y tres meses de abstinencia y a los seis meses.

Las investigadoras han explicado que con este enfoque, las intervenciones clínicas podrían incluir técnicas como el reentrenamiento de atención para ayudar a los pacientes a desviar su atención de las señales de alcohol o terapias conductuales centradas en modificar la respuesta automática a esas señales.

La medición del sesgo atencional puede servir como una herramienta útil para identificar a los pacientes en riesgo de recaída. "Aquellos con un sesgo atencional más pronunciado hacia el alcohol podrían requerir un seguimiento y apoyo adicionales", ha añadido Escudero.

El conocimiento de estos procesos puede ayudar a las familias a ser más comprensivas y a crear un ambiente más seguro que minimice la exposición a estos desencadenantes. En el caso de los pacientes, es un aliciente para trabajar en la autorregulación y el manejo de sus impulsos, así como para desarrollar estrategias personalizadas de manejo de estímulos y situaciones de alto riesgo.

SESGO ATENCIONAL GENERAL Y SESGO ALCOHÓLICO

En este artículo también resulta novedosa la evaluación de dos tipos de sesgo atencional, el general y el alcohólico. El primero hace referencia a una dificultad para dirigir la atención hacia estímulos generales, no relacionados con el alcohol. Mientras, el alcohólico se refiere a la atracción hacia señales relacionadas con el alcohol (vino, pub, resaca, etc.) y es característico del trastorno por consumo de alcohol.

La directora del estudio, Laura Orío, ha señalado que el sesgo atencional al alcohol mejora durante el proceso de abstinencia, mientras que no sucede igual con el sesgo atencional general. "Esto abre nuevas áreas de investigación para explorar cómo evolucionan e interaccionan estos dos tipos de sesgo", ha subrayado.

Entre los siguientes pasos del estudio, las investigadoras incluyen el seguimiento a largo plazo de los pacientes o la comparación con otras adicciones a sustancias como opiáceos o nicotina, entre otros.

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