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¿Cómo interpretar un diagnóstico en salud mental?

Cuando acudimos a los profesionales de la salud en busca de información y ayuda, en muchas ocasiones recibimos el diagnóstico de un trastorno mental.

Depresión

Muchas personas, tras haber acudido a un profesional de la salud reciben un diagnóstico, es decir, les dicen “esto es lo que te pasa”: ansiedad generalizada, distimia, agorafobia, trastorno del estado de ánimo mixto, etc. Es una palabra (o una frase), que pretende explicar el malestar que se está experimentando. Pero, ¿aclara algo al paciente?, porque puede que se encuentren casi más perdido que al principio.

¿Cómo se hace un diagnóstico en salud mental?

Como en cualquier otro tipo de afección, el diagnóstico debe realizarlo un profesional de la salud entrenado para ese fin: el médico de familia, un psiquiatra o un psicólogo clínico. El proceso puede durar varias sesiones, y se realiza en un ambiente cálido, cercano e individualizado

  • El profesional recopila información sobre el malestar y los síntomas de la persona (tristeza, opresión en el pecho, desinterés, etc.), pues en la mayor parte de los casos, no hay marcadores biológicos que indiquen o confirmen un trastorno o enfermedad mental.

  • En algunos casos pueden aplicarse baterías diagnósticas: un conjunto de test diseñados y validados para discriminar algún trastorno. Por ejemplo, para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), o para medir el estado de ansiedad.

  • También debe tener en cuenta la historia clínica de la persona, sus antecedentes y contexto personal.

Una vez recogida la información, el profesional emite su diagnóstico basándose en los manuales diagnósticos y su propio juicio profesional.

Para algunas personas, recibir el diagnóstico supone un alivio, una explicación a lo que les ocurre. Pero para otrassucede todo lo contrario y viven ese diagnóstico como una losa, una etiqueta que les define o bloquea. 

¿Qué significa el código de diagnóstico?

En los diagnósticos de salud mental, en las historias clínicas, suele aparecer un código que combina cifras y letras. Este código tipifica cada diagnóstico recogiendo, además, sus especificaciones (clínicas, gravedad, etc.). Y a menudo los pacientes no saben qué es y para qué sirve.

  • Ese código establece un lenguaje común entre los profesionales sanitarios: permite comunicar o transmitir información relevante sobre el estado o necesidades concretas de esa persona.
  • Orienta el tratamiento de elección, pues al acotar el problema, deja más clara la forma de actuar.
  • En países en los que la atención a la salud está privatizada o es concertada, el diagnóstico permite acceder tanto al tratamiento como a las ayudas que puediera tener asociadas. 

Manuales diagnósticos en salud mental

Los manuales diagnósticos son herramientas que orientan el diagnóstico a los profesionales. Un panel de expertos, basándose en la literatura científica disponible, y en su propia experiencia profesional, establecen el conjunto de criterios diagnósticos que definen y caracterizan cada trastorno o enfermedad mental

En general hay básicamente dos manuales, que están en constante revisión y evolución: 

  • La Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE), elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el año 2022 entró en vigor la 11ª edición. Este manual recoge todos los problemas de salud, tanto físicos como mentales
  • El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés), elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Se publicó la 5ª edición en el año 2013, y el año pasado su edición revisada: el DSM-5-TR. Este manual agrupa solo los trastornos o enfermedades mentales.

diagnostico

Objetivo, un abordaje más transversal 

En los últimos tiempos, este modelo diagnóstico ha recibido no pocas críticas

  • La “inflación diagnóstica” del DSM. Se le achaca estar influenciado por la industria farmacéuticaincrementando el número de trastornos mentales o disminuyendo los umbrales diagnósticos. Así, hay más personas que cumplen con los criterios diagnósticos, y, por lo tanto, son más susceptibles de recibir un tratamiento farmacológico. 
  • Confusión sobre qué es una reacción normal y qué no lo es. ¿Dónde colocar la línea entre lo que es una reacción de malestar o sufrimiento humano normal ante determinadas situaciones? Los manuales responden a lo que en cada momento sociocultural se considera que es patológico o problemático.
  • Los síntomas se solapan. El conjunto de síntomas que describen un trastorno concreto a menudo coinciden con otros, por tanto no discriminan
  • Se critica que no recojan otros factores relevantes, como los culturales, sociales o coyunturales que podrían explicar algunos problemas.

Por todo ello, varias organizaciones profesionales e instituciones públicas de distintos países abogan por promover otros modelos diagnósticos más transversales, y recoger con mucho cuidado estas etiquetas diagnósticas.  

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